A las 4:24 de la tarde de este miércoles 19 de abril el presidente Gustavo Petro, de visita en Washington, recibió telefónicamente un parte de su ministra de Salud, Carolina Corcho: el proyecto de reforma acababa de superar con éxito su primera prueba de fuego. Pese a una fuerte carga de artillería lanzada por los opositores, la coalición de gobierno se hizo sentir en la Comisión Séptima de la Cámara y hundió una ponencia que buscaba el archivo de la iniciativa.
La mayoría fue aplastante: 17 votos en contra del archivo y solo cuatro a favor y eso generó de inmediato dudas sobre la solidez del bloque opositor anunciado por el Partido Conservador, La U. y por el jefe del partido liberal, César Gaviria. El martes las mayorías habían jugado al contrario para suspender el primer debate para que las bancadas pudieran redefinir sus posiciones en medio de un intenso cabildeo del Gobierno que incluyó una visita inusual de la primera dama de la Nación, Verónica Alcocer, al Congreso.
En la antesala de la votación, la comisión de ponentes, que tuvo como voz cantante a Betsy Judith Pérez, había formulado fuertes reparos de forma y de fondo a la iniciativa. La presentaron como un modelo estatista en la que el poder central regulaba, definía tarifas y se auditaba y vigilaba a sí mismo.
Los reparos, formulados durante una hora de las dos y media que duró la sesión, aludían también a que la reforma desfinanciaba el sistema, dejaba de la mano de Dios a los pacientes crónicos y sobrecargaba a las direcciones territoriales de salud cuyo nivel actual de eficiencia apenas se acerca al 56 por ciento.
También anticipaban a la suerte que podría correr en la Corte Constitucional, en caso de ser aprobado, pues a su juicio se le está dando trámite de ley ordinaria a un proyecto de carácter estatutario porque le toca el corazón al derecho fundamental a la salud.
Se quejaban de que, por tozudez de la ministra y del presidente de la Comisión, Amegh Scaf, se habría violado el reglamento del Congreso al no disponer una fusión de los cuatro proyectos de reforma a la salud que estaban radicado como lo sugiere el principio de unidad de materia,
El parlamentario Andrés Pedro Molina fue el único que mencionó durante el debate el nombre de la primera dama de la Nación, Verónica Alcocer, que horas antes había visitado los recintos del Congreso para invitar a un desayuno a la Casa de Nariño a los representantes de las bancadas que parecían renuentes a apoyar la propuesta legal. Molina habló de una injerencia indebida en los asuntos en los que el Congreso es soberano. Nadie lo secundó.
Salvo por las protestas de algunos congresistas de otras comisiones que pedían hacer uso de la palabra, el debate transcurrió sin sobresaltos. Los tiempos para las intervenciones estaban cronometrados y no prosperó una moción que buscaba que fuera declarada la “suficiente ilustración”.
El tramite de la reforma se iniciará el firme la próxima semana.
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