Ante la mirada expectante del público, una hermosa mujer de 25 años, vestida de monja acompañada de una sencilla cruz y con el alma reflejada en su rostro, se preparaba sin saber lo que acontecería, a dejar su voz en el escenario y regalar al mundo este don.
Fue el 19 de marzo del 2014, en la que Sour Cristina en las audiciones a ciegas de La Voz Italia, interpreto de una manera maravillosa la canción “No one” de Alicia Keys y ante cualquier pronóstico logro el voto de confianza de los cuatro jueces: Rafaella Carrà, Noemi, Piero Perú y D-Jax, quienes decidieron girar sus sillas para ver a quien los había convencido con su canto, los sorprendió, no solo con su voz, sino con su carisma y su vocación, el servicio a Dios como monja.
Sor Cristina elige al rapero JAX, como su mentor porque como ella aseguro en el programa: “me dije que si llegaban a girar, escogería al primero que lo hubiera hecho”, JAX no escondió lo conmovido y emocionado que se encontraba y de su mano libro batallas que le significaron la permanencia en el programa al vencer a cada uno de sus contendores y compañeros. Desde el rock hasta el pop en su voz y su carisma fueron el arma más contundente al momento de subirse al escenario de la Voz Italia.
Uno a uno fueron llegando los shows, compartió escenario con artistas internacionales como la australiana Kylie Minoge, y Ricky Martin, además de rapear con su Coach; cada vez más la popularidad de la Hermana Cristina crecía, al igual que muchos detractores quienes a lo largo del programa e incluso finalizado profirieron sobre la monja una persecución poco lógica, pero más allá de los comentarios ociosos, al paso de la esquina, la final se acercaba y solo quedaba una gala más, la gala decisiva, el show final.
Una gala llena de emociones, varias canciones interpreto entre esas una de su propia autoría (ver, The Voice IT, Lungo la riva) y con un porcentaje del 62% la monja más famosa de Italia, se llevó el mayor premio, el título de la Voz Italia, un contrato con SONY y la manera, al estilo único de esta participante de celebrar fue rezando el Padre Nuestro.