En el 2018 buena parte de los Estados Unidos conocieron la historia de los Poulous, una familia de Wisconsin que vivía un particular infierno. Jackson Poulous, su pequeño hijo de cinco años, padecía un extraño cáncer. La iglesia a la que pertenecían, llamada Victory of lambs, hizo una colecta para pagar un supuesto tratamiento que combatiría la enfermedad. Se alcanzaron a recoger 60 mil dólares. Según miembros de la iglesia la familia Poulos eran normales. Él estaba dedicado a las finanzas en una empresa llamada Vanguard. Ella, Ashley, la mujer con la que se casó en el 2010, se dedicaba a su casa.
La historia de su hijo conmovió a Paul Ryan, el congresista republicano que en ese momento era el presidente de la Cámara. Lo invitó al capitolio donde la familia fue recibida por el entonces presidente Donald Trump. Lo que nadie sabía es que los Poulous ya tenían problemas y muy serios. Cuando se separaron en el 2021 ella ya le había impuesto una demanda por violencia doméstica. Incluso en este momento existe una restricción para ver a su familia. Ashley en este momento ha intentado escapar del foco mediático. Lo que sí se sabe es que la iglesia de Poulous se pondrá en la labor de ayudarlo. Se cambiará de abogado y con él la estrategia de la defensa.
No se sabe exactamente a qué tipo de violencia hace referencia la restricción pero lo que sí es un hecho es que esta existe y pesa aún más en la valoración que se hace del caso y en la supuesta culpabilidad del financista nacido en Wisconsin.