El teniente coronel Óscar Dávila se pegó un tiro en la cabeza delante de su conductor, el también policía Osman Galeano, a quien minutos antes había enviado a la tienda por una botella con agua. La camioneta de platón color gris, marca Nissan, se había estacionado frente al apartamento del coronel Dávila, jefe de la avanzada presidencial de Gustavo Petro, a las 6:16. La bala que mató al teniente coronel fue disparada dos minutos después, a las 6:18 de la tarde del viernes 9 de junio, mientras los colombianos y parte del mundo celebraban el rescate de cuatro niños perdidos en la selva del Guaviare, donde duraron 40 días perdidos.
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Para confirmar que la muerte del coronel Dávila sí fue un suicidio, Medicina Legal puso 11 personas a trabajar en el caso. Fueron tres patólogos, tres balísticos, tres toxicólogos y dos biólogos. La casi docena de expertos tardó 11 días para dar a conocer que el orifico de 4 x 2,8 centímetros que el policía tenía en el lado derecho de su cabeza había sido producido por él mismo. Para determinar el suicidio del coronel Dávila fueron necesarias casi cien fotografías del escolta presidencial ya fallecido. Así como reproducciones tecnológicas fidedignas del hecho del momento de la muerte y grabaciones de varias cámaras de seguridad.
Los forenses lograron también determinar una línea de tiempo exacta de cómo el policía había llegado al momento de tomar la decisión de matarse. El recorrido del oficial lo comenzaron a seguir a las 5:53 de la tarde, cuando el coronel Óscar Dávila salió de la casa de un familiar, en Chapinero.
A las 6:10 la camioneta gris marca Nissan en la que iban el oficial y su conductor las cámaras la captaron pasando por Corferias. En ese momento el coronel Dávila se comunicó con su esposa. Le avisó que llegaría al apartamento 15 minutos más tarde. Seis minutos más tarde la camioneta pasa frente al apartamento del coronel, en le barrio Salitre, y se estaciona metros más adelante de la portería.
Después de recibir la orden de su superior, a modo de favor, el intendente Galeano se bajó de la camioneta a las 6:16:32 p. m. para comprarle una botella con agua al oficial. Cruzó la calle hacia el supermercado, donde ingresó a las 6:16 con 57 segundos de la tarde.
La compra no duró más de 40 segundos. A las 6:18:37 el escolta del oficial se subió a la camioneta Nissan con la botella en la mano. No alcanzó a cerrar la puerta. El coronel Dávila tenía el arma de su conductor en la mano derecha, una pistola Sig sauer nueve milímetros. Se despidió de su conductor, se puso el gatillo en la sien, disparó, llevándose varios secretos y acabando así con sus días ataviados de problemas, que iniciaron cuando a Laura Sarabia, la entonces jefe de despacho de Gustavo Petro, se le perdió una maleta llena de dinero.
