Existe una historia detrás de Sudán, el país africano que en las últimas semanas ha seguido los pasos de Arabia Saudita y ha roto relaciones con Irán. Sudán fue la primera nación africana en independizarse después de la Segunda Guerra Mundial y hasta el año 2011 fue la nación más grande de aquel continente, cuando, por medio de un referendo, el sur, de mayoría cristiana, se separó del norte mayoritariamente musulmán. Esta era una independencia que se preveía desde hace 50 años y que fue apoyada por Occidente, específicamente por Estados Unidos, cansado de las promesas del norte sudanés y su capital Jartum.
Sin embargo, después de 5 años como estado independiente, Sudan del Sur tiene uno de los peores índices en salud a nivel mundial, así como un elevado índice de pobreza extrema y poco desarrollo. Está sumido desde hace más de dos años en una Guerra Civil entre distintas etnias, lo cual ha dejado un saldo de más de un millón de desplazados y refugiados que se encuentran principalmente en Sudán o en Uganda. Actualmente tanto el norte como el sur de Sudán continúan siendo codependientes en materia económica, ya que, a pesar de la riqueza natural que existe en el sur, las tuberías petroleras se extienden a través del norte del país. El sur, compuesto por diez estados, está dividido en diferentes etnias, lenguas y grupos religiosos, a pesar de ser mayoritariamente cristiano. Estas dos etnias -- Dinka y Nuer-- han tenido varios enfrentamientos por el poder, pues los primeros representan casi el 70% de la población y adoran a su propio dios llamado Nhialac. Por su parte, los Nuer alegan sentirse subpresentados por los Dinka que tiene diferentes intereses.
El conflicto armado en Sudán del Sur se da por la lucha entre las tribus mencionadas. Existe un enfrentamiento entre el Ejército Oficial-- que apoya al actual presidente de la región, Salva Kiir, el cual pertenece a los Dinka-- y los denominados rebeldes -- que apoyan al ex vice-presidente Riek Machar, quien ocupó ese cargo desde 2005, cuando finalizó la segunda Guerra Civil sudanesa, hasta el año 2013. Como existe tanta pobreza en Sudán del Sur, los choques entre Dunka y Nuer también son muy frecuentes por el ganado, el alimento, los recursos básicos que tienen al alcance y la ayuda humanitaria que obtienen desde el exterior.
A pesar de los diferentes conflictos que han habido a través de varias décadas entre Nuer y Dinka, y de acusaciones reiteradas de limpieza étnica que el Gobierno ha hecho en contra de los Nuer, el 1 de enero del 2016 el presidente del sur asignó 50 puestos en el parlamento a miembros de grupos rebeldes mayoritariamente pertenecientes a la etnia Nuer, acatando lo acordado en el acuerdo de paz firmado en agosto del año pasado.
Los enfrentamientos entre tribus del norte y el sur de Sudán han aumentado la tensión en la línea fronteriza de los dos países. El conflicto armado que actualmente existe, sustentado en la religión, ha sido siempre un punto clave en la disputa entre Sudán y su homónimo del sur. Sudán se rige por la ley de la Shaira, al ser un estado musulmán, algo que choca contra el sur que no práctica la misma fe ni tiene las mismas creencias. A su vez, el enfrentamiento entre distintas etnias por la pertenencia de tierras, así como la limpieza étnica del gobierno a la población no musulmana, sumada al apoyo internacional de países árabes- musulmanes a grupos extremistas que pretenden islamizar África, son factores que han contribuido para que la tensión y los conflictos entre los dos estados aumente.
El conflicto armado en Darfur Oriental también prevalece debido al tráfico de armas, a pesar de que en varias ocasiones se haya denunciado la violación de los derechos humanos. La población civil es la más afectada y la ayuda humanitaria que llega del exterior a veces se ve frustrada, cuando es robada o secuestrada por grupos armados y tribus como los Janjaweed, que incluso han quitado la vida a voluntarios.