Nuevamente nuestro nobel departamento festeja sin mérito alguno sus 51 de vida como ente territorial autónomo. Positivo es muy poco lo que podemos mostrar; sin embargo, damos a luz cada día monstruos de miles de cabezas que observan dónde están los dineros del Estado para con sus garras apoderarse de ellos con el beneplácito de las autoridades y gobernantes de turno. Esos monstruos se llaman “carteles”, veámos los más importantes para la corrupción:
El cartel de la fuga de usuarios en la ESE Sincelejo, algo nuevo y novedoso, donde exalcaldes politiqueros y corruptos han fundado IPS privadas de garaje y se han birlado más de 100 mil afiliados de dicha ESE pública, llevándolos a la quiebra total y sin que autoridad local o nacional haya intervenido tales actos de corrupción.
Los carteles de abogados que se encargan de engañar y presentar falsas víctimas de los Montes de María, que por supuesto no lo fueron, para cobrarle al Estado millonarias cifras de casos ficticios de situaciones producto de los grupos al margen de la ley que azotaron dicha zona en las épocas de la violencia.
Ahora el departamento se estremece con el nuevo y preocupante cartel del bilingüismo. La representante legal de la Fundación Nueva Esperanza, Luisa Mercedes Núñez Reyes, se acaba de convertir en testigo de la Fiscalía por el millonario saqueo a Sucre de los dineros de las regalías para impulsar el bilingüismo en los colegios del departamento; un programa del Ministerio de Educación, donde la susodicha representante involucra de tales actos de corrupción a los alcaldes de Coveñas, Majagual, Betulia, San Pedro y Tolú, entre otros. Además, salpica de manera directa al polémico excongresista Yahir Acuña y a su esposa Milene Jarava, candidata a la Cámara por Opción Ciudadana. Se descubrió un detrimento de dineros por más de 10 mil millones de pesos, que se los robaron con tutorías fantasmas, diplomas falsos y algunos que nunca se entregaron, y pines para acceder a programas virtuales inexistentes.
De otro lado, el cartel de la salud en Sucre es como para una novela de García Márquez, ya que incluye varios subcarteles tales como el de la población no cubierta, donde los subsidios entregados por el departamento a los municipios para la salud de la población no fueron correctamente invertidos y la Contraloría General de la República encontró en el 2015 treinta y nueve irregularidades, cinco de ellas con alcance penal, que suman más de $5.547 millones de pesos. Con estos dineros provenientes de los recursos del SGP en Sucre se pagaron a las IPS, EPS y hospitales tratamientos a pacientes inexistentes y con sobrecostos del 60% en la facturación, todo a la luz pública y con la benevolencia de políticos y funcionarios corruptos.
Como los gendarmes de la corrupción saben que nuestros investigadores y gobernantes no efectúan gestiones para la recuperación de los dineros saqueados y van desarrollando e implementando nuevos carteles, aparece el subcartel de la salud de la población pobre no afiliada (PPNA). En ese, por poner un ejemplo, en el Hospital de Tolú se suscribieron 16 contratos por $5.197 millones, se giraron $2.104 millones, pero la realidad fue que las entidades médico-asistenciales solo prestaron servicios por $722 millones, con un detrimento patrimonial de $1.381 millones. Muchos de dichos servicios que se encuentran en el Plan Obligatorio de Salud (POS) fueron pagados descaradamente, así como servicios de tecnología no POS, que increíblemente no fueron prescritas por los médicos tratantes. Ah y como si tales actos de corrupción no llenasen la fuente de la corrupción, autorizaron servicios de tecnología a afiliados del régimen subsidiado, sin previa evaluación del comité técnico de las IPS.
En el Sucre cero corrupción los carteles pululan y se desarrollan impunemente. Para colmo de males los pocos capturados negocian con las autoridades, regresan unos cuantos centavos y pasan a ser miembros de la selecta sociedad corrupta sucreña, con mansiones en estrato seis y siete, cuando vienen del uno o el dos y en sus épocas no muy lejanas de infantes sus trabajos eran de “cobrador” de “chiva” del servicio urbano, mototaxistas o simples desempleados.
Por el ejemplo, ya para el país es de conocimiento público el cartel de la hemofilia, el cartel de los locos o el cartel de los enfermos mentales fantasmas en Sucre, donde la Gobernación de Sucre utilizó los recursos destinados a la población pobre no asegurada (PPNA) para pagos de hospitalización y tratamiento de supuestos hemofílicos y enfermos mentales por más de 150 mil millones de pesos en pacientes inexistentes y cancelados con soportes falsos.
Ya el país también tiene conocimiento de que la Fiscalía General de la Nación le puso “el ojo” al cartel del PAE en Sucre, donde a nivel nacional se estudian 26 contratos entre los que se encuentra nuestro maltratado departamento. Actualmente, dice la vicefiscal van en el país 86 capturas, 93 imputaciones, 30 procesados, 57 indagaciones y 7 casos a punto de dar resultados, esperando por supuesto a nuestros corruptos implicados.
De hecho, hace poco se descubrió por una investigación de control interno del municipio el cartel del predial en Sincelejo, donde sin aprobación del Concejo, ni modificación del POT, funcionarios de la división de impuestos y planeación le cambiaban el destino de predios “no urbanizados por destino comercial”, con el consabido detrimento de los ingresos por concepto del pago de los impuestos catastrales.
La educación se supone que es “el espejo” del desarrollo, en Sucre es la vitrina de la corrupción. La Contraloría estableció que hubo pagos a supuestos docentes sin que hubieran trabajado, ya que existen datos de maestros que se encuentran en planta, pero no están debidamente registrados en la institución a la cual pertenecen. La Gobernación canceló con recursos del SGP salarios y prestaciones a docentes sin haber prestado los servicios en ninguna de las instituciones educativas del departamento.
Todavía faltan carteles por salir a flote en sus investigaciones como el cartel las obras de la Mojana y el cartel de las vías de Sucre, todos ellos por un Sucre cero corrupción y levantando palomas de reconciliación y paz como parte de la conmemoración de los 51 años de creación de nuestro aporreado departamento de Sucre.