Los macondos de Sucre, son de lleno una realidad viva en el Caribe, en cada uno de sus 234 corregimientos, 26 municipios y 5 subregiones, el departamento experimenta la hostilidad frívola de la dura realidad que se poetiza con el paisaje y sentir cultural de cada uno de sus hijos. Las calles polvorientas de lo rural contrastan con la capital, Sincelejo, y municipios en vía de crecimiento comercial y en infraestructura. Sin embargo, pareciera que no entramos en etapa de éxtasis del capital o producción y la actualidad se quedó en lo feudal, un reto grande para la institucionalidad y la sociedad, para así lograr no ser visto por los economistas como un 0,8 en aporte al PIB Nacional o un alto índice de informalidad laboral.
La coyuntura exige una recomposición social, política y económica para salir del letargo histórico, casi enraizado, en que se encuentra sumergido. Una apuesta inmediata para transformar la realidad presente está en participar activamente en los espacios de incidencia y participación ciudadana, esa herramienta se encuentra hoy en los planes de desarrollo municipales y plan de desarrollo departamental. Las propuestas parten de un diagnóstico –previo y a posteriori- de la situación que afronta el municipio o región a la cual pertenezco y conozco de primera mano, sumando la transversalidad de los demás sectores de la totalidad social que ayudan a comprender lo general. En este caso puntual, por ejemplo, los jóvenes cuentan con una mesa de trabajo o sector independiente –pero no suelto- como respuesta al bono demográfico, es decir, hoy, hay más jóvenes en etapa productiva que adultos y niños; en esa lógica debe funcionar la ruralidad, otra deuda de hace mucho tiempo.
Sin dudas, cada descripción del panorama social, político o económico conlleva unas propuestas que ayuden a cambiar lo que está mal y a mejorar lo que está bien, por eso lo importante de contribuir a estos espacios que ayuden a ampliar la cobertura en educación superior, bajar el embarazo adolescente, fortalecer la industria, el empleo digno, entre otras. Cabe mencionar que cada ruta tomada necesita una inversión presupuestal para su ejecución y cumplimento. De ahí que los Consejos Territoriales de Planeación – CTP y el Consejo Departamental de Planeación - CDP juegan un papel determinante como plataforma consultiva y de seguimiento a lo concretado en los planes de desarrollo.
La potencialidad turística, humana, agrícola y comercial de Sucre es descomunal, se cuenta con materia prima óptima en todas las aristas, desde profesionales capacitados para altos cargos, hasta tierra fértil para reducir la brecha de hambre en la región. La pregunta para reflexionar es, ¿por qué somos pobres económicamente y pocos poseen el capital, pero curiosamente no todos los ricos cuentan con los medios de producción, si se cuenta con tanta riqueza o se limita solo a una cuestión de modelo económico y compromiso político?, la respuesta está investida por una complejidad que guarda múltiples razones, como la falta de tecnificación urbana y rural, el desplazamiento forzado y la corrupción. Pero bueno, se trata de superar esta trama existencial y poner sobre la mesa las soluciones a tan sensible situación que vive el tejido social y exigir organizadamente su aplicación efectiva. Es una tarea de todos proyectar un Sucre grande con un nuevo gobierno territorial en cabeza del gobernador Héctor Olimpo Espinosa, la sociedad civil y la comunidad internacional o sector privado.