Hace algunos días, se desató la polémica por cuenta de unos presuntos comentarios desaforados del susodicho. Según la prensa dominicana, "El Cangri" desdeñó la música clásica, pues Hitler gustaba de ella. Los enemigos acérrimos del género urbano y de su máximo exponente celebraron la apreciación del artista, añadiéndola a su lista de premisas de ataque. Lastimosamente para ellos, fuimos todos víctimas de la tergiversación informativa, a la cual estamos avezados en la era de las redes sociales. No falta el que sigue creyendo en la foto de Lennon con el Che Guevara, o en una más reciente, la del cadáver de Robin Williams.
Ahora bien, si observamos lo que en realidad dijo Daddy Yankee, más de un mojigato deberá tragarse sus palabras: “Si analizamos bien, todo tipo de música tiene algo bueno que ofrecer. De todos los sectores sale buena música. Basado en su argumento, entonces, yo podría decir que la música más peligrosa es la música clásica, porque era la música preferida de Hitler y Stalin y ellos eliminaron millones de personas”. Esto en repuesta a la tesis de que el reggaetón fomenta la violencia en los menores. Aquí debemos preguntarnos, ¿qué tipo de música escuchaban los sicarios, paramilitares y guerrilleros hace veinte años cuando se degollaba y masacraba gente a raudales? ¿O qué emanaba del tocadiscos cuando bandoleros, pájaros y chulavitas laceraban lenguas y genitales en los años cincuenta? Quién esté en sus cabales estará de acuerdo con el argumento del cantante.
Cualquier objeción o muestra de desprecio y renuencia con el género urbano no es más que un amalgama de prejuicios, contradicciones, generalizaciones e intransigencia arbitraria. Soy consciente del contenido a veces misógino, morboso, grotesco y hostil de algunas canciones de reggaetón. En algunos casos, los conceptos mencionados hacen parte de la mentalidad de los artistas. Esto claramente agobia a muchas personas (igual pasa con letras de otros géneros), pero no por eso podemos asumir que estas características hagan parte de la idiosincrasia y las costumbres de todo aquel que escuche reggaetón. Si esto fuera así, escuchar a Silvio Rodríguez o a Ska-P nos haría comunistas y anarquistas respectivamente, seguir a Bono nos haría pro-mercado y gustar de Lil' Wayne nos convertiría en gángsters depravados. ¿Por qué se rechaza un género y no el otro? Es una mera cuestión de prejuicios. "Uy mucho guiso".
Lo preocupante del asunto es que muchos de los que desdeñan el regaetton y promueven su censura social, son los mismos que pregonan sobre diversidad y derechos. Así destruyen el concepto de tolerancia y pluralismo cada vez que incurren en esta contradicción. Buscan imponer una identidad (la de su género musical, gustos y estilo de vida) a la fuerza, y eso per se es un atisbo de totalitarismo. Se entiende y se respeta que no les agrade, pero no es razón para proscribirlo y hacer que a nadie le guste. Cabe agregar la ironía de que son estos personajes segregadores los mismos que no pueden hacer vida social sin reggaetón. Apenas les quitan esta música en la discoteca y les ponen una salsa o un merengue, abandonan la pista ipso facto. Aclaro que no estoy siendo chovinista, esto se trata de respeto y diversidad.
Las personas con ínfulas de "eminencia" musical y superioridad intelectual aportan mediante su intolerancia y subestimación a la constante división y odio que impera en nuestro país. Los prejuicios y las actitudes de desprecio infundado nos alejan de la tan mentada "paz" y la reconciliación.
Adjunto las declaraciones de Daddy Yankee:
@jdesign9615
