El lugar se llama “Espacio T”, allí el público puede sentir la puesta en escena porque quienes actúan lo hacen a pocos centímetros del espectador. Lo podríamos definir como un teatro de contacto con el público. Es un tú a tú, entre el espectador y los actores.
Es una propuesta novedosa, que poco a poco ha venido ganando el favor de la gente de Cali, que puede disfrutar de una obra de tan solo 15 minutos de duración, para 15 personas.
El director de esta propuesta es un hombre, inquieto, viajero y con muchos talentos.
Cuando se nace signado por los dioses no hay escapatoria al destino. Se es lo que ordena la sangre, lo que los hados mandan, lo que el corazón dicta, lo que los genes han guardado para el desempeño vivencial.
Nuestro entrevistado, es un hijo del arte. Su padre, Domingo Fernández, pintor español, músico, cantante de ópera, actor, fue profesor en Bellas Artes de Cali y un pintor muy prestigioso en la ciudad. Sus hermanos mayores, Helios, Aida y Líber, fueron fundadores del Teatro Experimental de Cali.
Su jardín infantil, fue el Teatro Experimental de Cali lugar al que se lo llevaban sus hermanos y su casa un lugar de artistas. Estamos hablando de Leandro Fernández: actor, cantante, músico, director de teatro.
La pasión por el arte ha caminado en su familia de generación en generación. Sus hijos son artistas, los sobrinos son artistas. “Ha sido como un signo, la única opción que han tenido. Dice: “Tengo una hermana que es comunicadora social y para la familia eso fue un escándalo porque no fue artista, señala mientras ríe”.
Leandro ha hecho de todo: estudió música en el Instituto Popular de Cultura (IPC), luego estudió dibujo publicitario, pero le cansó que todo el mundo estuviera pendiente de “qué iba a pintar el hijo del Maestro Fernández”. “Después de muchos años pintó para combatir el estrés".
Como músico, Leandro tocó con diferentes orquestas de Cali. “Terminamos teniendo un grupo que fue muy importante en la ciudad, que se llamaba Grupo Bembé”. De ahí pasó a la Orquesta La Quinta Compañía, que hacía los toques en el Club Colombia, Club Campestre y Club San Fernando. “Me pasé casi 12 años con un esmoquin puesto tocándole a la burguesía de la ciudad”.
“Luego ingresé a Bellas Artes, donde mi hermano, Helios Fernández era el director antes de irse a trabajar a la televisión, a estudiar teatro y desde entonces mi vida cambió —asegura— . A los seis meses yo era un actor que ya estaba trabajando. Creo que afloró todo lo que tenía guardado pues desde chico veía como trabajaba el Maestro Enrique Buenaventura, en el TEC con los actores que luego serían los mejores de este país. Soy un hijo del teatro, de eso no me queda duda”.
Luego se fue a España a estudiar dirección de cine, después pasó a Miami donde, por once años, junto con su esposa, tuvo una productora de teatro que dejo gran huella en esa ciudad.
De regreso a Cali: Espacio T
Ahora, Leandro, está de regreso a Cali con la propuesta de micro teatro en Espacio T, y como siempre acompañado de su esposa, Ángela María Osorio, quien también es productora y su cómplice de todos los proyectos a los que se ha aventurado.
“Cuando decidí abrir Espacio T, primero trajimos el proyecto y se lo mostramos a la Alcaldía, a la Gobernación, a la Asociación de Cañeros, entre otros. A todo el mundo le mostramos el proyecto y todos nos decía que era un proyecto hermoso, encantador…pero nadie nos daba su apoyo”.
“Así que empezamos en una casa en Santa Mónica, estuvimos un año; quebramos, pues creímos que la empresa privada y las entidades oficiales se iban a sumar cuando vieran que el proyecto era exitoso, porque de público estuvo muy bien, pero económicamente no era sostenible y al año cerramos”.
“Nos despedimos de Cali, mostramos los resultados de lo hecho, la Secretaria de Cultura, Luz Adriana Betancur leyó el comunicado y nos contactó por medio de Fernando Vidal quien fue por mucho tiempo director de la Escuela de Bellas Artes”.
“La Secretaria nos dijo que el proyecto no se podía terminar por lo bien que lo había recibido el público, pero sobre todo que era un espacio que le daba trabajo a muchos artistas de la ciudad, y que buscaría la manera de darnos apoyo”.
“Nos ubicamos acá en esta casa hermosa en el Centro Histórico y tenemos la propuesta de micro teatro desde el 27 de abril de 2017. El microteatro, es una nueva tendencia en el teatro a nivel mundial. Es un teatro corto, que hacemos en tres cuartos de la casa, entran solo 15 personas, y las temporadas duran cinco semanas. Es una experiencia muy positiva para la gente que la vive, y que disfruta mucho las personas que no han visto teatro”.
“Esta propuesta de micro teatro nace en España. Unos directores, junto con algunos actores y unos empresarios, debido a la crisis económica que afecto al país, se juntaron y rentaron, a la vuelta de La Gran Vía, en Madrid, un local que había sido un prostíbulo. Lo adecuaron y utilizaron los cuartos donde las chicas prestaban sus servicios para las puestas en escena”.
“La novela tiene el cuento, el cine tiene el corto metraje, y el teatro no tenía nada a pesar de que se han hecho obras muy cortas y entonces apareció el micro teatro con una estructura teatral bien definida y empezaron con micro teatro por dinero” señala Fernández. “El microteatro se ha regado por toda Latinoamérica, y yo decidí que en Cali debía haberlo y por eso nació Espacio T”.
“Una de las características de Espacio T, es su gente maravillosa. Trabajadores entusiastas pues el mesero, el que atiende el bar, el que cocina, todos son artistas. El mesero que hoy te atiende en la mesa puede ser el protagonista de una de las obras en la temporada siguiente. Es una dinámica diferente, en una casa adornada con mucho afecto y creatividad. Tratamos de tener espectáculos variados: comedia, tragedia, queremos que lo que vivan los espectadores en una noche sea como ir a un festival de teatro en pequeño”.
Espacio T, además de teatro, ofrece buena comida, ambiente acogedor y es un lugar para que se den cita los artistas y creativos de la ciudad que quieran desarrollar sus propuestas. Es un lugar abierto que hace acompañamiento a cualquier propuesta artística que pueda tener la ciudad. El sitio funciona de jueves a sábado, de 8 de la noche a 11. Cada función tiene un valor de 8 mil pesos, pero hay un paquete en el que ver las tres obras tiene un costo de 20 mil pesos.
Sobre el público que está llegando a Espacio T, Leandro dice: “Es una maravilla, es un público diverso, gente muy mayor que sale encantada o chicos de 16 o 17 años que vienen con sus padres y se divierten un montón. Llega gente de todos los estratos, de todos los niveles culturales: universitarios, estudiantes de arte, estudiantes de teatro, pero también llega mucha gente que trabaja en oficinas en el centro, es un público muy diverso pero que tiene algo en común: sale muy contento de haber estado acá. Esto nos tiene alegres porque es un proyecto que no es para estudiosos, para eruditos, intelectuales; este proyecto es para todo el mundo, es para demostrar que uno se puede divertir por medio de la cultura y el arte, es para formar pero de una manera divertida”.
Su sentir
Usted estuvo un tiempo lejos de Cali, ¿cómo ve la ciudad ahora, en especial su gente joven?
“Yo siento que la juventud de Cali, logro vencer ese lastre que le tocó a mi generación y que fue el lastre del narcotráfico. Los chicos de hoy rompieron con esa herencia del narco, que vivía de las marcas, de la ropa ostentosa, del poder, del usted no sabe quién soy yo, el amenazar con mi amigo es el amigo de tal fulano poderoso, o de medir las personas por los zapatos o la ropa que usa. Los jóvenes han logrado cortar de manera radical con ese nefasto legado y ahora son jóvenes tranquilos, amantes de la naturaleza, creativos, abiertos, tienen afinidad con el arte, y se gozan la vida de modo diferente y responsable. Pienso que proyectos como Espacio T, deberían de haber más en Colombia porque son fundamentales, que deben de ser acompañados no solo por las entidades públicas sino por la empresa privada, porque esto hace una mejor ciudad, que no es solo de los artistas, sino de todos, pero sobre todo recordar que la cultura es fundamental para no olvidarnos en esta modernidad de que somos seres humanos, que tenemos piel y que debemos vivir en armonía los unos con los otros”.
¿En qué quiere que se convierta Espacio T?
—“Yo quiero que sea un lugar con sede propia en la que se puedan realizar otros proyectos y que no solo se haga micro teatro, sino un lugar para brindarle a los artistas que tienen nuevas propuestas y que la gente vea este lugar como suyo, que sea de la ciudad”.
¿Una obra de teatro que no se cansa de ver?
—“Una que vi desde los cinco años hasta los 14 o 15. Se llama “La Orgía” de Enrique Buenaventura y protagonizada por mí hermana Aida”
¿Actriz o actor que sean en usted recuerdo permanente?
—“Yo soy muy de mi ciudad y por eso recuerdo a Sergio Gómez, un actor que murió el año pasado y con quien tuve el honor de trabajar con él como actor, pero también tuve la suerte de dirigir”. ¿Y una actriz? Soy hincha furibundo de mi hermana Aida”.
¿Dónde se toma usted con gusto, una cerveza?
—“En cualquier esquina de Cali, pero que esté sonando Salsa o música cubana”.
¿Qué le pone triste?
—“A mí me pone triste la falta de amor de las personas, la falta de solidaridad me golpea mucho”.
¿Qué le agregaría a Cali para que fuese mejor?
—“Le pondría unos dirigentes más cultos, más cercanos al arte, y pondría un poco más de amor en el corazón de los caleños para que el sentido de pertenencia por la ciudad fuera mayor. Somos unos ciudadanos sin sentido de pertenencia y creo que es hora de que nos demos cuenta de que tenemos una joya, de que tenemos una ciudad no solamente muy hermosa, sino una ciudad con muchos talentos que ha sido pilar fundamental sobre todo en el arte y la cultura, no solo de Colombia sino de toda Latinoamérica”.
¿Una canción que le invite a comprar una cerveza?
—“Las 40”
¿Una reflexión para terminar esta entrevista?
—“Que no le tengan miedo al arte y a la cultura. Nos han vendido la idea de que es para quienes han tenido más formación. El arte y la cultura es una cuestión de piel, de corazón, es de sentir. Simplemente, hay que abrirse quitar los miedos y darse la oportunidad de vivir sin prevenciones”.
¿Qué frase pondría a la entrada de Espacio T para provocar al público a disfrutar del teatro?
—“Ya la tenemos: una manera diferente de gozar la cultura en Cali”.