Soy Rodolfista hasta la médula, pero el 19 de junio votaré por el que defienda la dignidad de un pueblo y represente los valores del colombiano que se hizo a pulso; es decir la lucha, la tenacidad, la resistencia y la esperanza.
Votaré por quien no se haya enriquecido con la sangre, el sudor, la vida y el sacrificio de los más humildes; votaré por el que tenga la visión de un líder y la sapiencia de un estadista, quien sea capaz de conducir el barco en la oscura noche y bajo la tempestad; votaré por el que haya sido probado al sol, al fuego y al frío de los indolentes; votaré por el que tenga la capacidad de manejar los asuntos de la nación por el que conozca dónde se cocina el caldo de la corrupción, porque podrá cerrar los grifos del combustible que la mantiene viva;
votaré por el que tenga la capacidad de transigir sus dogmas y de comprender razones; votaré por el que no piense que tapando el tubo se puede recoger el agua que se nos ha regado; pero por sobre todo, votaré por el que tenga la capacidad de llevar un mensaje de esperanza y por quien entienda que el clasismo, el odio, la violencia, la corrupción, las mafias y las élites predestinadas para gobernarnos, son el verdadero culpable de nuestro fracaso como nación y estado;
votaré por el quien prometa cambiar la entelequia del trabajo por un compromiso con la oportunidad; la entelequia de la libertad por un contrato social dónde nos garanticen por lo menos la vida, la palabra y nuestra propiedad; por quien ayude a cambiar la entelequia de la igualdad por la concreción de espacios y condiciones donde predomine la equidad; y desde luego, votaré por quien pretenda transformar la entelequia de la justicia por las bondades de la institucionalidad ofertando oportunidades, bienestar, educación y protección a todos.
No votaré por el pasado ni por quien se dedique a conjugar el tiempo futuro de los verbos pretéritos que desconoció cuando no soñaba con llegar al solio que nos dejó Bolívar, votaré por quien tenga la capacidad de ayudar a conjugar el presente de vivir, hablar, comer, respirar, estudiar, andar y amar.
Yo votaré por Gustavo Petro y por quien representa como nadie una identidad en la que nos reflejamos todos los que amamos ésta maravillosa mezcla de razas, texturas y colores; esa que nos hace un pueblo desprovisto de abordajes arios, mezquinos y xenófobos que tuvieron cabida cuando la ignorancia premeditada campeaba por los caminos del colonizador; votaré por Francia porque me sabe a una revolución sin armas y a una transformación sin muertos y sin sacrificados, votaré por Gustavo y Francia porque ella es joven como tú y él es viejo como tú y porque encarnan como pocos la esperanza, la vida, el amor. Y la libertad.