“Yo nací en una vereda muy bonita, San Nicolás, municipio de Hato Corozal, Casanare; mi padre, Segundo Vigoth Palmero, mi madre, Rosa Isabel López, nosotros fuimos quince hermanos y llevamos una vida muy campesina, con mucha humildad, donde no nos faltó la gallina, el marrano, la vaca, el ternero, la cabra”, recuerda el maestro Aries Vigoth, exponente eximio de la música llanera en el país.
Difícil no afirmar que, en la hora de las malas noticias, basta con mirar al llano para encontrar una figura que refresca, un artista que canta acompañado de la poesía (eso que ignoran otros intérpretes que se dedican a invadir los medios con escándalos y chabacanería) y finalmente encontrar la respuesta a una preocupación casi recurrente: Amigos, todavía hay intérpretes que hacen buena música en Colombia.
Letras poéticas, muchas veces costumbristas que, en el imaginario, idealizan la llanura inmensa. “El llano enloquece y la locura del hombre de la tierra ancha y libre es ser llanero siempre”, escribe el novelista por esencia de la tierra donde el sol se levanta más temprano y los celajes se tiñen de oro y múrice, el venezolano Rómulo Gallegos. “Quiero comprar para ti una casa bella/ que tenga lirios y claveles al entrar/ donde se cojan con la mano las estrellas/ donde se duerma con el ruido de la mar”, canta Vigoth. Y, en ambos casos, el novelista y el intérprete confirman que no pasa de moda los ingredientes mágicos de la poesía.
¡Primero mi caballo! ¡La llanura siempre! Aries Vigoth tiene algunos rasgos venezolanos por parte de un bisabuelo, pero “vengo siendo colombiano puro”, expresa con voz recia. Él es un artista que, en la década de los 70, escuchaba un programa llamado “Radio Lara: Los venezolanos primero”, y que reconoce la influencia de dos grandes artistas: Francisco Montoya y Tirso Delgado, colombiano que ya murió. Y además la línea de Julio Jaramillo, sus canciones románticas que le gustan bastante y que de alguna manera ayudaron a formar su estilo musical.
Llanura aquí está tu hijo, figura como uno de sus primeros éxitos. “Con mi garganta sonora, brava como la candela, amplia como los caminos de tierras casanareñas. Donde se mira ganado y también bestias cerreras y los toros de noche, compadre, pitan en la talanquera”. El artista habla de sitios y lugares que apenas se presienten y continúa con marca de reciedumbre e idiosincrasia criolla cercana a los artificios de la literatura. “Soy el gavilán primito de toda Colombia entera y defiendo mi folclor hasta el día en que yo me muera. Mi nombre es Aries Vigoth, palo de buena madera, donde se rascó el verraco y dejó la pelusera”.
Luego vinieron El parrandón, Agonía, Una casita bella para ti, Pentagrama nacional, Bohemio, temas musicales que aparecieron en la década de los ochenta abriéndole la senda del éxito y el reconocimiento nacional, hasta que grabó Predestinación, canción que, sin duda, lo convierte en la gran figura del folclor llanero, una voz que hoy se reconoce en varios países de América y Europa.
Aries Vigoth encarna el llano, es enlazador y jinete, baquiano y caporal, uno de aquellos personajes que engrandecen la tierra colombiana, todo un caballero en cuya voz aparece la donosura del verso que pinta las emociones más humanas. “Te quieren tanto mis ojos que hasta en las sombras te miran y es por eso que no niego que te quiero todavía”.
En todo momento, el maestro Aries Vigoth merecerá un homenaje y, a través de él, el folclor llanero que nutre y enriquece el variopinto panorama de la música y la cultura nacional. En estos días de pandemia, desde Villavicencio, el romántico del llano promueve su tributo virtual llanero, programación que tendrá lugar este sábado 15 y el domingo 16 de agosto en compañía de otros artistas como Luna Estefanía Reyes, su hijo, Kevin Felipe Vigoth Soler, Edwin Guerra, Edison Barón y varias parejas de baile. Un concierto y una presentación virtual a la que estamos invitados todos los colombianos amantes de la buena música.