Ahora nos llaman mamertos, fanáticos, petristas, de izquierda, guerrilleros, comunistas, alimentados por una propaganda de desprestigio proveniente de Noticias RCN o Caracol Televisión, en donde nos tildan de vándalos por protestar. Sea lo que sea, querrán hundir nuestros pensamientos y nuestra forma de lucha. Pero debemos ser fuertes.
No porque pensemos distinto a la política tradicional, nos hace guerrilleros o comunistas; nos hace guerreros al querer afrontar y tratar de llevar las riendas de nuestro país- quitando el poder al sinnúmero de 'peñalosistas' y 'uribistas' pura sangre, que ahora son menos, sin duda, puesto que cada día destruyen nuestra patria, se aprovechan de nuestros recursos, privatizan nuestras empresas, obstruyen el camino del progreso y callan al que no está de acuerdo con su Gobierno. Han sido, por décadas y siglos, los dueños y señores de nuestro país; pero hemos sido culpables de este averno en el que estamos sumergidos, en donde nos untamos del fango y la mermelada, si nos ofrecen alguito de su misericordia; en donde $50.000 pesos valen más que nuestra dignidad; en donde al campesino se le trata como escoria, y al narcotraficante como héroe; sabemos más de Pablo Escobar y admiramos su legado de sangre, dolor, guerra y muerte, que de cultura, lectura y matemáticas, etc. Nos acostumbramos a que nos dé igual quien nos gobierna, "¿Igual para qué?
Pero estamos abriendo los ojos, estamos cansados, hartos, magullados, fatigados de las injusticias que se viven a diario en Colombia.
Ahora hablamos sin miedo, aunque nos amedrenten con la policía o con los medios masivos de comunicación "ABIERTA Y SIN CENSURA". Internet se ha convertido en nuestra principal arma para convocar, dialogar y mostrar una perspectiva diferente, que da a conocer lo que se debería mostrar a nivel nacional pero no se muestra, pues sin saber de comunicación social o periodismo, nos volvemos los informadores de las incoherencias políticas, y somos la voz del pueblo censurado, aprovechando todas las herramientas de las redes sociales que desde ahora mueven más masas que la televisión o la radio. La gente ya no se deja meter los dedos a la boca tan fácilmente, se están dando cuenta; que pisotean sus derechos; que se burlan en su cara y que roban desmedidamente, se están dando cuenta que el país está en manos de familias poderosas que controlan todo y que nos inundan de falsas promesas, desvían nuestra atención con miserias y falsedades.
Estamos empezando a despertar a sentirnos vivos y tener algo por lo que luchar. Creo que servir a los demás es fundamental en la vida de cualquier ser humano. Cito una frase de Pepe Mujica, magnate ilustre y expresidente de Uruguay: "Hay gente que adora la plata y se mete en la política. Si adora tanto la plata, que se meta en la industria o el comercio, que haga lo que quiera. ¡No es pecado! Pero la política es para servirle a la gente". Y así debe ser. Ellos están para servir a la gente, no nosotros para servir de mandadero y de monedero, como sucede en nuestra patria.
Con todo lo anterior, expresado como un desfogo a grito herido, me expreso en discordia y mantengo mi postura de acabar con la oligarquía fachosa que nos dirige. Estoy dolido y no encuentro forma de abrir los ojos a muchas personas, que aun viviendo en la pobreza sigue votando por los mismos. “Si nosotros los jóvenes no tomamos las riendas de nuestro país, que somos el futuro de Colombia, nadie lo va a hacer por nosotros” “Apaguemos y vámonos”. Invito a que investiguen, a que lean, a que averigüen las propuestas de nuestros candidatos, a que estemos más pendientes de las gobernaciones, alcaldías etc, que verifiquemos su gestión y validemos su labor, que toda decisión que se tome a cabo sea abierta a la población, y que sea la población quien decida qué es lo mejor para su nación. Que dejen de ver tanta basura en la televisión, que luchemos por una patria más tolerante, visionaria, solidaria, por una COLOMBIA MÁS HUMANA.
