Gustavo Petro, el presidente electo, ha tomado la decisión histórica de designar, por primera vez en Colombia, a una mujer arhuaca para ocupar un importante rol ante las Naciones Unidas.
Considerada como un buen elemento, ideal en la representación de los pueblos indígenas, el nombramiento de Leonor Zalabata como embajadora ante la ONU, se convierte entre otras cosas, en un espaldarazo para las comunidades indígenas, dado por el nuevo gobierno colombiano.
Desde la cercanía al macizo montañoso, en el corazón de la Costa Caribe colombiana el sentido de este nombramiento resuena como: "Una necesidad que tiene los países de hacer conocer su población con sus tradiciones, conocimientos. Y lo que alcanzamos a ver en el actual presidente es su implementación del derecho constitucional para los pueblos indígenas" explica Leonor, en entrevista con Jorge Cura, director de Atlántico en Noticias, medio aliado de Seguimiento.co.
En otras palabras, ha sido un derecho que se está haciendo cumplir en un país constitucionalmente declarado multidiverso, pluriétnico y multicultural.
"Las Naciones Unidas es un órgano de la cual Colombia hace parte y en donde tenemos unos propósitos muy claros, desde el programa del presidente electo.
En mi opinión, una de las cuestiones urgentes a desarrollar es la implementación de los acuerdo para la paz, - comenta la activista indígena- Es una necesidad prioritaria para el país".
Según Zabalata, la prioridad en estas acciones consiste en que los pueblos indígenas quieren y necesitan que los dejen vivir en paz, "que finalmente se coexista como un país con inclusión social y de respeto por la naturaleza".
Los pueblos indígenas no solo se sienten bien representados, también consideran que vienen preparando a sus líderes y jóvenes para estar a la altura de un sistema que no es el propio.
"Creo que la capacidad de los pueblos indígenas , se refleja en muchos lideres y muchas personas de los pueblos indígenas, entre ellos mi hermano Rubiel Zalabata, etno lingüista, que gracias a sus conocimientos adquiridos científica y tecnológicamente, podemos hoy, el pueblo arhuaco integrarnos en fenómenos interculturales".
Lo prometido por el presidente electo de los colombianos, no parece distar de lo constitucionalmente posible y respaldado.
"La representación de esta designación tiene que ver no solo con los pueblos indígenas, también con el pueblo colombiano. Con la pacificación de Colombia, con la justicia social, y la justicia ambiental. Tenemos que tener un diálogo de gobierno a gobierno. Esa sería la forma de fortalecer la autodeterminación de nuestros pueblos, como lo manda la constitución política del 91".