Los habitantes de las comunidades del corregimiento de Conejo y sus veredas aledañas en La Guajira viven actualmente una sequía, ya han comenzado a morir algunos animales, y algunos finqueros sufren perdidas.
Para el docente Argimiro Amaya “muchos de los habitantes de la comunidad no se preparan para enfrentar el fenómeno del verano, y no cuentan con suficiente pasto para la alimentación de los ganados, hay falta de agua para el consumo, y debido a esto los animales se enferman”. Todo esto afecta la sostenibilidad de los proyectos, porque también es un problema económico y ambiental.
No se han creado reservorios de agua suficientes para el almacenamiento de este preciado líquido, las reservas de agua con que cuentan, alcanzan única y exclusivamente para el sostenimiento humano.
La comunidad ha buscado apoyo de la población del AETCR de Pondores, buscando recaudar algunos recursos y materiales que les permita traer el agua de los nacederos por medio de mangueras para el auto consumo de los habitantes, para los proyectos productivos a menor escala que tienen en sus casas, y para los animales.
Atreves de las JAC, se están realizando gestiones con la alcaldía municipal, para la consecución de recursos encaminados a solucionar la problemática del agua dada la ausencia de un buen acueducto para la comunidad.
Al mismo tiempo, los campesinos deberán contribuir un poco más con el cuidado del medio ambiente, controlar la tala de los bosques, y detener las grandes quemas, ya que con estas se acaba la capa fértil del terreno, lo que esta generando el empobrecimiento de la capa vegetal, debido a que las brisas fuertes que se generan en tiempos de verano, hacen que las llamas suban a una altura de 3 a 4 metros y se propague por todo el territorio, acabando con las cercas, viviendas, flora, fauna, y todo lo que habita el territorio.
De esta manera las mismas comunidades hacen un llamado a las personas que irresponsablemente prenden basura, arrojan colillas de cigarrillos, y hacen socolas sin hacerle guardarayas, a que detengan estas prácticas, ya que esto permite que el fuego crezca y afecte a otros habitantes y a los ecosistemas.