El 21 de mayo de 1851 se “abolió” la esclavitud en Colombia, pero aún continúa.
Cuando se habla de abolir algo queda claro que se trata de eliminar la práctica de una actividad de forma definitiva, pero ese no es el caso de la abolición de la esclavitud en Colombia. Las comunidades afrodescendientes o negras, como prefieren llamarle algunos, todavía se encuentran viviendo en condiciones similares a las que fueron forzados a vivir en la época de la Colonia española.
En pleno siglo XXI vemos que lugares como Buenaventura están sometidos a una casa de pique llamada neoliberalismo, uso esa metáfora para referirme a viviendas que fueron adecuadas para descuartizar personas en esta ciudad, hace un par de años. El neoliberalismo es la casa de pique que está descuartizando gran parte del planeta y Buenaventura no es la excepción, en tanto llegó para privatizar absolutamente todo, con la promesa de que la calidad de vida de las personas mejoraría, pero hemos vivido en carne propia que no ha sido así.
La privatización de Puertos de Colombia, dio paso a la Sociedad Portuaria, la cual contrata por 3 o 4 meses a un profesional afrodescendiente, que puede tener un título universitario de profesional en comercio exterior, devengando un salario mensual, en promedio de 800.000 pesos colombianos unos 277.8453 USD. Incluso, hemos conocido casos de personas que trabajan como vigilantes, quienes han manifestado que reciben en promedio 500.000 pesos colombianos, unos 173,5 USD.
Algunos de estos trabajadores han recurrido a la huelga de hambre encadenándose a las afueras de la Sociedad Portuaria exigiendo un mejor salario y un horario de trabajo que sea más humano. Algunas trabajadores denuncian que personas blancas-mestizas, (muchas de ellas no son de la zona del Pacífico) son contratadas con menos cualificación y por mayor salario. Este fenómeno se repite en casi todos los espacios laborales.
El paro sigue, el gobierno de Santos no ha cumplido
El paro cívico en Buenaventura inició el pasado 16 de mayo con manifestaciones artísticas, como: poesía, música del Pacífico como currulao, rap, consignas alusivas a la postura del gobierno del presidente Juan Manuel Santos y al alcalde de la ciudad, Jorge Eliécer Arboleda.
El paro inició exigiendo 8 puntos básicos: salud, educación, agua, autonomía territorial, vivienda, empleo, atención a las víctimas del conflicto armado, deporte y recreación. Vale la pena resaltar que la comunidad de Buenaventura, la cual es 80% negra, casi que desde su fundación (1540) ha venido exigiendo casi lo mismo y los diferentes gobiernos de turno no han querido resolver el problema.
La comunidad de Buenaventura, y en particular el comité del paro cívico, esperaban la presencia del presidente Santos, pero este viajó a Estados Unidos para reunirse con su homólogo Donald Trump. El presidente Santos lleva en el poder casi 7 años y aún le queda poco más de un año para que termine su mandato y no ha cumplido con lo que prometió en su campaña presidencial. Es por ello que la comunidad se vio obligada a parar la ciudad, pues ya no aguanta vivir sin agua, sumando a ello, gran parte de la ciudad no cuenta con alcantarillado y en estos días ha sido constante la suspensión del servicio de gas domiciliario. En ese orden de ideas la comunidad sigue reclamando la presencia del primer mandatario, con el propósito de darle solución a esas necesidades básicas.
De fiesta pacífica a disturbios y saqueo
El paro inició haciéndole honor al nombre de la zona donde está ubicada la ciudad de Buenaventura, costa Pacífica. El paro era todo un evento cultural, haciendo alusión a lo planteado por el intelectual activista africano Amílcar Cabral: la cultura como fundamento del movimiento de liberación.
En un hecho sin precedentes más de 40.000 personas salieron a las calles a protestar por lo que merecen por derecho propio, sumado a los altos impuestos que algunos habitantes de la ciudad deben pagar constantemente a la nación y entidades privadas. No obstante, la llegada del ESMAD (Escuadrones Móviles Antidisturbios - Policía Nacional) alteró la marcha y demás actividades que se estaban realizando. Denuncian muchos manifestantes que fueron agredidos verbalmente y atacados con gases lacrimógenos.
Dadas las circunstancias un grupo de individuos que se movilizaban en motocicletas, cual si todo estuviese planeado según dicen muchos habitantes de la ciudad, irrumpió en el centro comercial Viva Buenaventura, forzaron las puertas y dejaron casi vacío el supermercado Éxito, lo propio hicieron en el centro comercial La 14 y el supermercado Olímpica, el cual está ubicado en el centro de la ciudad.
El comité del paro cívico, el cual está integrado por líderes comunitarios y dos miembros de la Iglesia católica, emitió un comunicado donde en uno de los puntos se preguntan por qué las personas que se llevaron todo tuvieron hasta 3 horas para cometer el desalojo, también dónde estaba la policía, la armada y el ESMAD, este último en menos de 30 minutos y disolvió la marcha pacífica.
Algunas personas que viven cerca de los centros comerciales sostienen que la fuerza pública llegó cuando ya casi se habían llevado todo. (Neveras, televisores, carritos llenos de comida, colchones, lavadoras y demás). Sumando a eso algunos moradores han denunciado que las fuerzas del ESMAD están provocando a la comunidad, disparando gases lacrimógenos a las viviendas, muchas de ellas habitadas por niños pequeños.
Teniendo ese panorama, es claro que la población negra de Colombia y concretamente la de la ciudad puerto Buenaventura, la cual moviliza en promedio el 70% de lo que entra y sale del país, aún sigue reclamando por una abolición real de la esclavitud.