La situación actual en Venezuela cada vez es más preocupante. En los últimos días hemos visto una serie de escenarios que han tenido trascendencia a nivel nacional e internacional, los cuales dejan una gran incertidumbre sobre el futuro del hermano país.
Recientemente conocimos información sobre la visita de Nicolás Maduro a China y su reunión con el presidente XI Jinping, encuentro en el que se firmó una colaboración internacional para la explotación minera y de hidrocarburos, dándole las garantías suficientes a las empresas chinas para su extracción e importación del producto, dejando en manos del país asiático una de las reservas de petróleo más grandes del mundo.
¿A qué se debe la afanosa visita de Nicolás Maduro a China para buscar respaldo económico, político y militar?
La respuesta a ese interrogante se puede evidenciar de diferentes declaraciones que han alarmado al su Gobierno. La primera de ellas es la realizada por el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien declaró el pasado viernes, mientras se encontraba en la frontera de Colombia con Venezuela, que “no se puede descartar una intervención militar para derrocar al régimen del presidente Nicolás Maduro”.
Colombia no respalda al Grupo Lima en el rechazo a una intervención militar
La segunda es el comunicado hecho por el Grupo de Lima, una instancia multilateral conformada por 14 naciones, que tiene como objetivo hacer seguimiento y buscar una salida a la crisis de Venezuela tras la ruptura de la democracia. Dicho documento manifiesta que 11 de los 14 países miembros “están en contra de toda intervención militar y buscarán pacíficamente una solución”. Sin embargo, Colombia hizo parte de los países que no firmaron el rechazo del Grupo a la intervención militar.
¿Sorpresa de Octubre preparada por EE.UU. y militares venezolanos?
Por otro lado, uno de los hechos que seguramente es el que más ha puesto en jaque a Maduro, es la declaración realizada por Rahm Emanuel, exjefe del gabinete del Gobierno Obama y actual alcalde de Chicago, quien alertó por medio de la célebre frase estadounidense que se utiliza para desviar la atención o realizar una acción que genere impacto para cambiar el ámbito político e internacional, “An October surprise” o la "sorpresa de octubre", que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump intervendría militarmente a Venezuela.
Esto posteriormente a que el New York Times revelara que el “Gobierno de Trump habría sostenido reuniones con altos miembros de la Fuerza Armada de Venezuela, quienes estaban dispuestos a ejecutar un ‘Golpe de Estado’ contra Nicolás Maduro”.
Es preciso tener en cuenta que, aunque en este momento la Casa Blanca desmiente cualquier intervención, queda la incertidumbre del actuar del Presidente Trump, quien ha realizado intervenciones que alteran el orden internacional sin tener en cuenta a sus asesores y a su gabinete; como lo fue la colocación de la Embajada de Estados Unidos en Jerusalén.
La postura de Colombia y su Embajada en Estados Unidos
Por parte de Colombia quedan muchas inquietudes, entre ellas el por qué el Gobierno Duque no refrendó el comunicado hecho por el Grupo de Lima. Dejando abierta la posibilidad de aprobar la intervención militar, si se llega a dar; agregando a lo que declaró Francisco Santos, embajador de Colombia en Estados Unidos: “Se escuchan voces que hablan de operaciones militares unilaterales (en Venezuela). Creemos que debe darse una respuesta colectiva a esta crisis. Pero creemos, y déjeme ser bastante claro, que todas las opciones deben ser consideradas…Ya es muy tarde y muy inocente pensar que esto se solucionará sin un cambio de régimen y en eso hay que ser claros. Debe haber una reacción internacional inmediata que permita presionar al Gobierno de Venezuela“.
Sobre este panorama, la pregunta que queda es hasta dónde el Gobierno de Colombia está dispuesto a ser partícipe de esto y la posición de cada colombiano al respecto, pues la crisis venezolana ya ha afectado varias ciudades colombianas, y una guerra en Venezuela traería una masiva migración de venezolanos que ya no tienen con qué comer, con qué vivir y mucho menos podrían aguantar una guerra.
¿Estamos preparados para una situación límite como esa? ¿Hasta dónde nuestras Fuerzas Armadas pueden responder en un escenario como ese? ¿Tenemos la capacidad para recibir una migración a gran escala? ¿Qué va a pasar con las fronteras? ¿Tienen nuestras ciudades la infraestructura y los recursos para acoger más venezolanos? ¿Qué programas tiene la Cancillería para la recepción masiva de venezolanos ¿Estamos dispuestos a crear campamentos y refugios para los migrantes en un país que hasta ahora se está levantando de los 50 años de guerra con las farc y tiene muchas víctimas del conflicto?
Son muchas las incertidumbres, pero es una realidad para la que tenemos que estar preparados. La crisis en Venezuela cada día es peor y la intervención militar parece para muchos la única solución para terminar con un Gobierno que se gasta el dinero del pueblo en comidas lujosas en Turquía, mientras su gente muere de hambre y regala sus recursos económicos y naturales con tal de buscar su protección y seguridad.
¡Dios guarde a Colombia!
¡Dios bendiga a Venezuela y llene de gracia y abundancia a un país que no aguanta más!
