Cada vez que veo cientos de bogotanos esperando al alcalde Gustavo Petro en las localidades, recuerdo algunas cifras de su popularidad según las encuestas. Entonces me entra la duda de si los medios de comunicación realmente están cumpliendo con su papel de informar veraz y objetivamente o si están ejerciendo una oposición política al Alcalde, a través de sus agendas informativas. Lo pienso porque lo que se percibe en muchos sectores de Bogotá es que el Alcalde goza del aprecio y el apoyo ciudadano, contrario a lo que aparece en varios espacios noticiosos.
Valga aclarar: el problema no es que los medios deban decir que todos los ciudadanos adoran al Alcalde (a este o a cualquier otro). El punto es que dicen todo lo contrario, cuando tampoco es cierto.
Puede ser una mera coincidencia, pero cuando las encuestas han mostrado un bajo nivel de popularidad de Petro, sus resultados han sido hasta la noticia de abrir en algunos noticieros. Sin embargo, cuando la percepción de los ciudadanos frente al alcalde de Bogotá es positiva o registra un repunte, la noticia pasa a la mitad de la emisión o sólo se hace un pequeño registro de ella. Puede ser que la agenda informativa de ese día la hubiera desplazado, o puede ser que no.
En radio, existen espacios que se publicitan como informativos pero que en realidad mezclan deliberadamente noticias con opiniones. Incluso hay comentaristas en cabina que sin conocer en detalle la realidad de la ciudad opinan de sus políticas con información inexacta o incompleta y con una orientación: todo lo malo que ocurre es responsabilidad del Alcalde Petro.
En algunos de esos espacios ni siquiera se le pregunta al funcionario responsable del tema o, cuando se le abre un espacio, sus declaraciones de escasos minutos son descalificadas por el entrevistador quien, por el contrario, sí dispone de todo el tiempo que decida para comentar –o como él dice: analizar- la noticia.
Pero de los hechos que más me generaron inquietud sobre el manejo informativo frente al Alcalde Petro fue cuando un prestante diario económico desplazó de su cuadernillo principal, la noticia de su posesión y la relegó a una separata más pequeña donde suele publicar información sobre conceptos jurídicos. Para mí, noticia es noticia y hay que publicarla como amerita, así no la comparta.
¿Son los medios neutrales con Gustavo Petro? Estos casos me indican que no siempre. ¿Hay equilibrio informativo? Tengo mis dudas.
A mis buenos profesores de periodismo les aprendí algunas reglas de oro para el ejercicio de esta apasionante profesión. Hoy, sin embargo, las echo de menos en la labor informativa de algunos medios: en todos los casos hay que ser neutrales; siempre hay que mostrar las dos caras de la moneda; es fundamental suministrar datos de contexto; las fuentes consultadas deben ser solventes; los datos que se informan deben ser contrastados con rigor, son algunas de ellas.
La reflexión a la que invito es a pensar si realmente se están aplicando estas reglas de oro en el ejercicio periodístico que informa hoy sobre Bogotá. Constatar que así es, despejaría cualquier duda sobre el papel que deben cumplir los medios de comunicación de informar veraz y objetivamente, esto es, sin tomar partido. No hay que perder de vista que quienes deben tomar decisiones sobre sus gobernantes, en todo caso, son los ciudadanos.
