A muchos jóvenes que nacimos en las ciudades se nos hace difícil entender la dinámica del conflicto "allá" en el campo, puesto que, las grandes moles de concreto en sí mismas nos alejan de esa otra Colombia rural, y asimismo el estrés de la ciudad nos hace olvidar de la otra parte de nuestra nación. En parte ese olvido es producido por las consecuencias del conflicto armado, de la desigualdad entre terratenientes, estrés de nuestras ciudades, apertura económica sin escrúpulos, pobreza, falta de educación, desprecio por el campesino, y el desprecio a la innovación que han producido una gran inmigración hacia estas grises y tristes titanes de concreto.
En efecto, esas inmigraciones han traído consigo el descontrolado crecimiento de las ciudades, además al no haber oportunidades suficientes para todos esos que cohabitan la ciudad, la ignorancia, la pobreza, el descuido del Estado, falta de infraestructura que genere puestos de trabajos, falta de empeño para desarrollarla, y la abominable corrupción empiezan a cobrar factura y deprimen los ánimos de todo un país, que dentro de los muros de sus casas sienten inquietud pues están pensando en pagar los servicios, en pagar el predial, en comprar los ingredientes para el almuerzo, en pensar en el estudio de los hijos, en pensar en su lonchera o en los 1000 0 2000 pesos que siempre les dan antes de partir al colegio en donde posiblemente la educación sea de pésima calidad, ya que aquí los colegios de buena calidad, son pocos y muy costosos, los jóvenes pensamos con incertidumbre el futuro, puesto que, desde el colegio nos dicen que la vida es difícil, que la universidad es un reto, que los graduados no tienen empleo, las oportunidades son pocas y para pocos, si no pasas el ICFES tus oportunidades se desvanecen, si sacas un mal resultado eres "bruto" y si no alcanzas un porcentaje bueno entonces te frustras y no quieres volver al presentarlo, tal vez seas buen estudiante y te lleves la sorpresa que te estuvieron mintiendo todo el tiempo y no te prepararon bien para afrontar tu futuro, empiezas a pensar en trabajar para ahorrar y pagar la universidad, pero te das cuentas que pagar millones es una meta demasiado difícil, no puedes dormir el día antes de presentar el examen, ves como los directivos de tu colegio te menosprecian y alaban a quien "tuvo excelentes resultados" y te hacen de lado pues no te consideran “útil”, te da pereza escuchar los sermones de los profesores, no te gusta la matemática, no te gusta la física, no te gusta las ciencias sociales, y no te gusta el Español, sientes que estás allí matando tiempo.
¿Qué nos hace pensar eso? ¿Somos culpables de nuestra ignorancia? ¿Por qué nos han olvidado? ¿Somos el futuro o el estorbo del presente? ¿Nos enseñan mal o aprendemos mal?