Hace unos días subí un video a redes sociales donde exalté la reacción amenazante de un policía de tránsito por hacerle ver que estaba infringiendo una “tonta” y “absurda” infracción.
Y la considero así, porque esta simple falla (ajuste del espejo) ha sido utilizada por varios miembros de esta dirección de la policía para infraccionar (C.35), asustar o inducir a muchos moteros despistados, descuidados o descarados a ofrecer dinero para subsanar tan curiosa falta.
Noté que en algunos comentarios se me trató de “desocupado”, “sapo hp”, “pendejo”, “buscando fama”, “estrenando cámara” o la más curiosa “ganas de joder”. Sin embargo, partamos de una triste realidad, en el Manual de Infracciones se le da la potestad al agente de tránsito de hacer lo que quiera por tener el “espejo suelto”; es decir, se le da la libertad de multar, ayudar o aprovechar ese error de muchos motociclistas.
Como mi pasión es el tema vial, pues tengo clara estas y otras faltas, que pudiendo tener una connotación más pedagógica caen en el abuso y permean la escala de valores del agente que las debe hacer notar.
Por eso tengo muy claro que lo que hice, “señalar el espejo suelto”, no ameritaba la reacción del agente. Amenazar con inmovilizarme “quien sabe por qué” y más adelante afirmar que hice un ataque a su integridad, que por cierto nunca existió.
Esto no solo generó molestia de mi parte, sino que en mi reacción de alejarme, incurrí en hacer adelantos a otros vehículos en “doble línea”, lo que fue castigado con la infracción D.06 y la inmovilización de mi vehículo.
No obstante, durante todo este impase vial evidencié errores mutuos y nefastos comportamientos producto de nuestra idiosincrasia. En esencia: “No me dejo de nadie” y “haga lo que quiera”.
Por eso es difícil identificar si somos más orgullosos que intolerantes.
Al final del video resalté la vulnerabilidad de ambos en situaciones similares, donde un simple apretón de manos nos volvió a la realidad: “todos nos equivocamos” y podemos remediarlo de manera más cordial.
Posdata: No importa si tenemos o no uniforme oficial, si somos un ciudadano del común o un funcionario público, al final somos personas con días difíciles, con responsabilidades que cumplir y una familia a donde llegar, por eso #HagamonosPasito