Nos movemos como queremos porque somos visibles. Si pregunta alguien ¿Quién es ese man? Pues Jeihhco, el rapero de la 13, y ya. El man viene a parchar, o a traer un concierto, o a hacer un grafiti o a darles talleres a los pelados. Una vez se nos acercó un man del combo a decirnos que quería que su hijo hiciera talleres con nosotros “Para que no sea como yo”. Eso para nosotros es re potente.
Nosotros no trabajamos con los combos, no hacemos nada de resocialización. No tenemos ni la experiencia, ni la fórmula, ni la plata. Tampoco creo que los cojones para hacerlo. Lo que hacemos es un trabajo de prevención, de parchar. Lo que hacemos es decirle a los chicos que en la calle hay muchas cosas y que la nuestra es una. A través del Hip Hop tratar de hacer una formación humana en chicos que cuando salgan de acá, si no van a ser artistas, si sean seres críticos con lo que pasa en su barrio, seres analíticos con lo que pasa en su país y en el mundo.
Me preguntan mucho si sueño con que de este espacio salga un ganador del Grammy, y pues sí, sería bacano, pero no una prioridad, porque el disfrute es la gran fortaleza de nuestro parche.
En esta comuna hay ciento cuarenta mil habitantes, de esos treinta y cinco mil son jóvenes, y ni siquiera 700 pelados están en los combos. En 2001, 2002 cuando uno salía a la ciudad y decía que venía de la 13, la respuesta era “usted es un guerrillero”. Hoy en cambio es, “qué calentura ¿de qué combo es?”.
De ahí sale el nombre de nuestro grupo C-15. Ese modelo de avión español es el F-18 Caza 15 y se abrevia C-15. Este modelo fue pedido por España a Estados Unidos para su uso en una de las guerras internas de ese país, pero cuando llegó la guerra ya se había acabado. Entonces lo usaron para sacar refugiados, llevar mantas y ayuda humanitaria en la posguerra. Nosotros hacemos una metáfora con lo que la gente de afuera piensa que hacemos todos los días. Somos los C-15 y no queremos parchar en la guerra, vamos a llegar tarde a ella, pero a parte de llegar tarde hagamos algo, cualquier cosa que podamos aportar.
Este no es un parche mesiánico. He aprendido que para dar es importante estar uno bien. Si vamos a dar un taller de dos horas, pues ensayar o grabar las mismas dos horas. Eso lo aprendí sobre todo de Juanes que es un man muy sensible. Un día me dijo que le gustaría estar dando talleres conmigo, pero que estaba cumpliendo su sueño de niño, cantar en todo el mundo, y por eso mismo era prioritario.
Un escritor que se llama Mario Mendoza también me llevó a pensar en eso. En un libro que tiene de pequeños escritos, hay uno que se llama “Sabiduría aérea”, en el que el man hace la reflexión sobre como uno no le para bolas a la azafata cuando está dando las indicaciones sobre si hay una emergencia.
-Póngase primero su máscara de oxígeno y luego auxilie a quien pueda.
Eso es un asunto supremamente sabio, cuantas veces por ayudar a alguien porque le nace, porque quiere o porque es un acto heroico, deja uno de respirar.
Esas reflexiones son del último año y sé que tengo que cuidar mi parche, cuidar a mis parceros, cuidarme a mí. Lo hago haciendo las cosas lo mejor que puedo, estando tranquilo. Trato de leer a las personas, no de justificar, pero si entender de dónde viene su historia.
Hace dos años mataron a un parcero, al Duque. El pelado que lo mató, a los veinte días lo mataron porque calentó el parche. El día que lo mataron la mamá pidió plata para poder enterrarlo, y yo pensaba cómo sería la vida de ese man, la pobreza en su casa. Como sería la vida de él para llegar a ser el malandro del barrio. Entender para poder dar soluciones creativas en vez de la terapia de choque.
