8 de las 16 curules de paz llegaron al Congreso sin la mancha de estar bajo la tutela de clanes políticos, compras de votos, influencias de paramilitares, narco paramilitares y cuestionadas certificaciones de víctimas sin serlo.
Gracias al proceso de paz con las Farc y su apartado de Participación Política, que busca darles voz a las más de nueve millones de víctimas del conflicto armado en el Congreso de la República, llegan líderes sociales como John Jairo González Agudelo, por el Bajo Cauca, con 1.068 votos.
Desplazado por el conflicto armado con su familia desde El Respaldo, Briceño, de donde es oriundo, a Medellín, John Jairo González Agudelo, comienza a participar en las juntas de acción comunal y a visibilizarse como el líder que era en El Respaldo, pero también como una víctima más de la guerra.
En 2016, regresa a su natal Briceño a cumplir labores dentro del desminado humanitario. Además, realiza la labor de cambiar los sembrados de coca de las familias campesinas por yuca, café, cacao y maíz. Luego, se postula a la Asociación de Desplazados de Briceño y se convierte en presidente hasta el 2021 cuando se lanza y ganar una de las curules de paz.
Con 2.104 votos, aparece, por el Meta y Guaviare, William Ferney Aljure Martínez, una víctima de desplazamiento forzado por operaciones militares, en 2012, quien, desde 2017, ha estado reclamando los derechos territoriales heredados del proceso de paz sobre el terreno Santa Ana, en Mapiripán.
Por tres años ha liderado iniciativas de protección ambiental con comunidades campesinas e indígenas Jiw y Sikuani ante la devastación de aguas, animales y bosques por la empresa italiana Poligrow, que se dedica al cultivo de palma. Resalta también su papel como vocero de la red de Comunidades Construyendo Paz en los Territorios (CONPAZ), en el departamento del Meta.
Por los Montes de María, azotados por las masacres del paramilitarismo, figura con 9.852 votos, Luis Ramiro Ricardo Buelvas, quien gana a 39 candidatos de clanes políticos que no representaban el sentir de las víctimas. A esto se suma las dificultades en su campaña por las restricciones de movilidad que ejercen grupos armados en la zona.
El oriundo de Ovejas, Sucre, es administrador de empresas y magíster en administración, como también hijo del fallecido exalcalde de Ovejas, Santander Ricardo. Le gana a Mayerlis Angari que quedó segunda, que es la líder y presentante de la organización Corporación Narrar para Vivir que lo avaló en su carrera por la curul de paz.
Luis llega con banderas de inclusión social, inclusión productiva, agricultura familiar, desarrollo sostenible ambientalmente, competitividad del sector agropecuario, así como ordenamiento y desarrollo territorial. Sin embargo, su mayor reto será el de darles vos a las mujeres que conforman la organización que lo avaló, pues ellas luchan por acabar con la violencia hacia la mujer que nace en 2005 cuando el Bloque Héroes de los paramilitares se desmoviliza.
Desde el Pacífico Medio, con 2.826 votos, es elegido por Consejo Comunitario del Río Naya, el líder social y defensor de derechos humanos, Orlando Castillo Advíncula, quien es representante legal de Corporación Organizando, Haciendo y Pensando el Pacífico (Corhapep).
Llega para defender los intereses no sólo de su territorio, sino los del Consejo Comunitario de la Comunidad Negra de la cuenca del río Naya en Buenaventura, como, por ejemplo, el que se asuma por parte del Estado la protección y la defensa de los derechos de quienes habitan la zona.
11.354 votos por el Pacífico Nariñense de la mano de la Corporación Red de Consejos Comunitarios del Pacífico Sur (Recompas) eligieron a Gerson Lisímaco Montaño Arisala, un líder social que durante 11 años se ha encargado de apoyar el fortalecimiento de las débiles condiciones sociales de los habitantes en su territorio. Una labor que hace desde la organización que lo avaló en su camino por la curul de paz en el Congreso.
El Putumayo será representado por Jhon Fredy Valencia Caicedo, quien gana por el Consejo Comunitario Los Andes con 4.043 votos. Su historia se remonta al 9 de enero de 1999, fecha en la que tuvo que vivir en carne propia la masacre perpetrada por 150 paramilitares del Bloque Central Bolívar en El Tigre, Valle del Guamuez, Putumayo.
28 muertos junto con casas quemadas, motocicletas y vehículos fue el saldo que quedó en la memoria de Jhon Fredy, quien con su llegada al Congreso ha cumplido una de sus metas: acabar con la tradicional representación que no daba voz a los intereses de las comunidades afectadas por la guerra. Sin un peso, ni títulos universitarios, pero con el deseo vivo de trabajar por su gente, Jhon Fredy hizo su campaña montado en su motocicleta logrando convencer a sus electores entre los 13 aspirantes que había.
El Alto Patía y el Norte del Cauca eligió a Juan Pablo Salazar Rivera con 9.310 votos. Es uno de los autores de la tutela que logró detener la erradicación forzosa de cultivos ilícitos en los municipios de Caloto, Cajibío y Piamonte, ubicados en el departamento del Cauca.
Dicha tutela, también tenía como objetivo que se cumpliera con los acuerdos de sustitución voluntaria, que el Ejército Nacional y Policía Nacional hiciera una correcta distinción de la población civil, así como instar a las autoridades competentes a realizar investigaciones penales, disciplinarias contra de los miembros de las fuerzas militares y Policía Nacional, involucrados en hechos de agresiones a la población civil en el marco de erradicaciones forzadas. Gana con el aval de la Asociación Agropecuaria y Campesina de Agua Bonita (Asoitec).
Finalmente, por el Sur del Bolívar, aparece Juan Carlos Vargas, quien fue elegido con 2.241 votos, con el aval de la Asociación de Productores de Cacao (ASPROCASUR), de la que es su representante. Su trabajo por las víctimas tiene sus inicios en la alcaldía de Samuel Moreno cuando fue contratista en un proyecto de víctimas, de acuerdo con La Silla Vacía. A finales de 2010 se convirtió en gerente de la Cooperativa Coagrosur, la misma que lo llevó a ser declarado objetivo militar de la guerrilla.
