Ingreso Solidario, programa que se destacó por servir como salvavidas económico a cerca de tres millones de familias en Colombia, ahora llegará a cuarenta y tres mil soldados y auxiliares de policía que prestan servicio obligatorio; esto como un mensaje de reconocimiento por su gran labor y entrega durante la emergencia sanitaria causada por el coronavirus.
Poco a poco Colombia retoma a la cotidianidad en medio de su batalla contra la pandemia que acorraló al mundo. Detrás de esta lucha, héroes sin capa se la han jugado por sus ciudadanos: soldados y policías han cumplido una labor estratégica en aquellos lugares donde el virus causó grandes focos de contagio.
“Todos tuvimos que quedarnos en las casas, mientras tanto ellos arriesgaron su vida para cuidar la de nosotros, eso es un orgullo muy grande”, cuenta con orgullo Jenny González, madre de uno de los cientos de militares que se verían beneficiados.
Un orgullo que el gobierno nacional ahora reconoce por una labor que parecía invisible. De acuerdo con un estudio del Ministerio de Defensa y el Departamento Nacional de Planeación, son cerca de cuarenta y tres mil los potenciales beneficiarios de este programa dentro de las Fuerzas Militares y la Policía, que podrían acceder a cuatro pagos de $160.000 a partir de este 31 de agosto.
“Con el objetivo de prevenir el COVID-19, fueron un apoyo inmenso para miles de colombianos en todos los rincones del país, hasta donde llegaron con alimentos, insumos médicos y otras ayudas humanitarias”, indicó el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.
Por su parte, el director del Departamento Nacional de Planeación, Luis Alberto Rodríguez, explicó que para acceder a este beneficio los soldados y auxiliares de policía deben “reunir los requisitos del Decreto 518 del 2020; no hacer parte de los programas sociales de Familias en Acción, Protección Social al Adulto Mayor (Colombia Mayor), Jóvenes en Acción, no ser beneficiarios de la compensación del impuesto sobre las ventas (IVA) y encontrarse en situación de pobreza, pobreza extrema y vulnerabilidad económica”.