El pasado 22 de junio, siete soldados violaron a una menor indígena emberá chamí en la escuela del municipio de Puerto Rico, Risaralda. Los jóvenes -entre los 18 a los 20 años- que estaban a punto de completar su año de servicio militar secuestraron a la menor en el colegio. Después de un día de retener a la menor la dejaron irse con vida pero con secuelas emocionales y físicas que nunca sanarán.
Cuatro meses después de la violación que indignó al así, se llevan a cabo las audiencias de los soldados identificados como Juan Camilo Morales Poveda, Yair Stiven González, José Luis Holguín Pérez, Juan David Guaidía Ruiz, Óscar Eduardo Gil Alzate, Deyson Andrés Isaza Zapata y Luis Fernando Mangaret Hernández.
En la audiencia realizada por la Procuraduría el 14 de octubre surgió la hipótesis de que los soldados llamaron por celular a algunos compañeros para que también participaran de la violación. Aunque los jóvenes negaron la versión, se presume que hay evidencias que lo comprueban.
Los soldados también habrían confesado que mintieron en un inicio a la Fiscalía siguiendo ordenes de su superior, el sargento viceprimero, Juan Carlos Díaz. Según uno de los implicando, cuando se conoció del abuso sexual en su base, se les ordenó declarar que se encontraban acampando desde hacía 10 días en el sitio donde secuestraron a la menor para no levantar sospechas. Además les dijeron que se formarán y recogieran todo.