El 4 de julio del presente año la estadounidense Sofía Carson interpretó el himno de los Estados Unidos en el marco de la fiesta de independencia de ese país. La presentación se hizo en el Capitolio y a ella asistieron cientos de personas.
El verdadero nombre de la artista es Sofía Daccarett Char, hija de padres colombianos, pero de nacionalidad estadounidense (nació en Fort Lauderdale, Florida). No voy a discutir las cualidades de la actriz y cantante porque en realidad nunca la he visto ni escuchado. Ese no es el asunto. Lo que llama la atención en realidad es que algunos medios quieran hacernos creer que dicha presentación debe henchirnos de orgullo patrio.
Medios locales barranquilleros salieron a relucir su patriotismo (así lo reflejaron por ejemplo Blue Radio Barranquilla y Jorge Cura en Emisora Atlántico). Según ellos, tendríamos que sentirnos orgullosos de que una gringa hija de colombianos interpretara el himno de otro país; no de cualquier otro país, sino de la mayor potencia del mundo. Solo faltaba sacar las banderas (hay corazones que aún echan de menos los tiempos de la Colonia).
No se trata sino de un falso patriotismo que ignora a artistas colombianos que engrandecen la cultura del país y hacen sus aportes al mundo entero. Basta como ejemplo recordar a Totó la Momposina, quien después de una voluntad y una disciplina férreas logró grabar en París su primer disco llamado Totó la Momposina y sus tambores: Colombie, y no tuvo apoyo en su tierra debido a que no había plata para promocionarlo. Fue el británico Peter Gabriel quien la apoyó en la grabación de La Candela Viva. Solo allí comenzamos a valorar verdaderamente a esta mujer quien con su voz y creatividad había acompañado a García Márquez en la recepción del Premio Nobel de Literatura en 1982.
Así que no saquemos pecho para mostrar un falso patriotismo como el que expresan muchos personajes de la farándula nacional que dicen amar el país, pero prefieren Miami o Barcelona. Claro que tienen derecho a quedarse donde quieran, lo que no pueden es decir que aman a Colombia o a sus ciudades, pero solo las ven como un sitio en donde pasar vacaciones y hacer una que otra obra de caridad.