En la Alemania nazi existía un lugar conocido como “El Bosque cantor” denominado así por los lamentos y gritos que de allí salían, pues era uno de los sitios donde se sometía a las más excrables torturas y vejamenes a los judíos.
Hoy parece que la historia se repite y tiene como autores a aquellos que lucharon contra los genocidas adscritos al nazismo en esa época; el saldo de la masacre de Bucha- Ucrania 🇺🇦 que muestra el exterminio sistemático de una población por razones políticas, hombres asesinados a sangre fría, mujeres violadas y niños mutilados deja entrever que si bien la humanidad ha avanzado en los procesos de innovación científica y tecnológica, la crueldad sigue intacta, o incluso se puede decir que a medida que se avanza en los medios de desarrollo y generación de riqueza, las sociedades se deshumanizan.
¿Cuántos 'bosques cantores' hay en Colombia? La crueldad en nuestro país ha alcanzado niveles propios del género del terror: las casas de pique (lugares donde se desmembraron personas para arrojarlas al mar); los mocha cabezas (paramilitares que decapitaban a sus víctimas y ponían las cabezas en las cercas de las fincas para aterrorizar a los campesinos en la costa Atlántica); el collar bomba de las FARC a doña Elvia Cortés...
Ayer mismo vimos en noticias a una mujer en Buenaventura prenderle candela a un habitante de calle porque se dormía en su andén, a otra quemar a una vendedora con aceite caliente a una vendedora por pasarle una arepa fría... son solo algunos de los hechos que no pueden hacer otra cosa que generar vergüenza.
Sin embargo, a nuestra sociedad ya nada le conmueve, ni mucho menos le sorprende; ojalá que en esta Semana Santa, para quienes descansamos en la fe, nos permita hacer un acto de contrición y una reflexión profunda sobre los valores que hemos perdido como seres humanos, de lo contrario evocando al escritor británico Aldous Huxley podríamos preguntarnos ¿Es la tierra el infierno de otros planetas?