Visité y comenté en mi columna del 21 de febrero del 2015, algunas exposiciones que se presentaron en galerías del Barrio San Felipe, lugar que ha ido encontrado eco en la sociedad bogotana mientras buscan expresiones alternativas del arte contemporáneas en el mundo. Quedé muy decepcionada con la muestra que tenía, en ese momento, la galería Sketch. En la galería Beta estaban los clásicos como lo es Edgar Negret en donde se presentaban obras que reconstruían las obsesiones del artista. De ese maravilloso punto de vista donde el artista buscó una unión de símbolos precolombinos y la geografía de nuestro país. El humanizó dioses, entregó su vida a armar en estructuras geométricas que en una repetición continua podía llegar –como el escultor- Brancusi a realizar una consagración armónica del infinito. Como conocedora profesional de la obra del maestro Negret y teniendo en cuenta que, ya el maestro Negret, hace más o menos 20 años no ha realizado trabajos prolíficos. El maestro murió en el 2002 y note noté ciertos cambios en sus estructurales y combinaciones de color en sus obras prolíficas. En ese sentido me retracto sobre mis afirmaciones relacionadas y presento disculpas a los que haya ofendido en mi columna.
Diciembre 2 del 2016