Termina bien su año el alcalde Manolo Duque de Cartagena, al que aún adoran cual estrella de rock & roll en muchos barrios populares de la ciudad, por su naturalidad y solidaridad con su gente, es el primero que acude cuando hay problemas; pero también mirado con reserva por otros desde su elección, algunos con razón porque temían otro fracaso administrativo como el de Campo Elías, el locutor que fue elegido en 2011, otros por su falta de experiencia, y algunos por qué no decirlo, tan solo por proceder de un barrio popular.
Pero termina bien su año, porque contra todos los pronósticos, de la Alcaldía saqueada que recibió, con las finanzas deshechas, con la obligación de pagar, durante su mandato, cuatro de las cinco cuotas de un crédito que por $250 000 millones había contratado irresponsablemente su antecesor, como quien dice para que lo pague el marrano que venga, pero lo peor es que ese dinero se dilapidó en “obritas” regadas por toda la ciudad, calles con malos desagües y otros esperpentos, pero no se pensó en grande, en comenzar a resolver tan solo uno de los megaproblemas que tiene Cartagena.
Cabe destacar el liderazgo que le ha impreso el alcalde a la Secretaría de Hacienda, que ha sido la artífice del proyecto, así ha logrado lo que parecía imposible, con las finanzas que recibió, pero gracias a la experta gestión del secretario Napoleón de la Rosa, que viene de los gremios y de la empresa privada, siempre bajo la conducción y el liderazgo del alcalde.
Hoy es Manolo Duque, el único alcalde en la historia de Cartagena que se le ha medido a comenzar una de las varias megaobras pide a gritos la ciudad, como es haber estructurado y ya estar aprobado por el Concejo, el proyecto de Drenajes Pluviales, que permitirá resolver la situación del 71 % de los hogares de la ciudad, cuyas viviendas se inundan cuando llueve con intensidad, lo que se ha vuelto dramático, pues con el cambio climático, son cada vez más frecuentes los impresionantes aguaceros, que a veces duran varias horas sin escampar.
El otro 29 % de los cartageneros también será beneficiado, porque cuando llueve, se afecta la movilidad para todos los habitantes de la ciudad, y trasladarse de un sitio a otro se vuelve casi imposible.
En enero no había ni para pagar la nómina, ha tardado casi un año, pero lo ha logrado, el manejo de las finanzas ha sido serio y comedido, al extremo de que este proyecto de Drenajes que cuesta $1,5 billones, tan solo se ha podido estructurar su primera etapa, que cuesta $300 000 millones (ver cuadro sobre inversión), pero que serán pagados en 15 años y de una manera seria, sin dañarle la gestión al sucesor (ver cuadro “valores a apropiar”).
A pesar del problema que recibió, pero por el manejo serio de las finanzas, el alcalde espera que en 2017 Cartagena reciba una calificación de riesgo AA+, y aspira a terminar el 2016 rompiendo la barrera de los $400 000 millones de ingresos corrientes de libre destino, rubro que permite maniobrar, para funcionar adecuadamente y hasta financiar esta clase de proyectos. Ya nos lo anunciará cuando se logre, y así quedarán las finanzas de Cartagena comparables con las de Barranquilla.
Pero todo este esfuerzo merece ser recompensado, porque lo ideal para resolver la gravedad de las inundaciones, es conseguir una banca de inversión internacional, y con el decidido apoyo de la nación, se pueda ejecutar el proyecto completo; pero la nación tiene que financiar el resto, lo que es válido porque en Cartagena se realizan los acontecimientos más importantes con la presencia del Gobierno Nacional, es la imagen de Colombia en el exterior, ciudad de enormes desigualdades, demasiada injusticia social, y este proyecto dignifica la vida de todos los cartageneros, además… la ciudad lo merece.