Hemos conocido versiones periodísticas publicadas por el diario El Espectador del día 17 de octubre, en las cuales se menciona que “..los senadores del Partido Verde, Iván Name y Rodrigo Romero solicitaron este jueves a la Procuraduría que investigue al gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, por presuntamente haber participado en política. Los congresistas afirman que con la carta abierta que escribió el gobernador sobre la alianza entre el Partido Verde y los Progresistas, el mandatario habría incurrido en dicha conducta, la cual es causal de una sanción por el ministerio público.”
Como no hemos leído desmentido ninguno por parte de estos dos senadores, vamos a referirnos a los hechos planteados.. A nuestra manera de ver, nunca en la historia del Partido Verde habíamos llegado a un extremo tal de degradación personal y política como el expresado por la “denuncia” de estos dos senadores. Resulta ahora, que en los partidos políticos no se pueden expresar posiciones, discrepancias o críticas, porque las personas que las manifiesten están sometidas al escrutinio de la Procuraduría. En variadas oportunidades hemos advertido que las extra-limitaciones del Procurador constituyen hoy una severa amenaza contra el orden democrático e institucional del país. La Procuraduría ha sido convertida en legión templaria en contra de los derechos ciudadanos de las minorías y en ariete contra la oposición democrática. Recurrir a ella, con el precedente nefasto de la suspensión del compañero Alonso Salazar, constituye un acto de connivencia con esta degradación de la democracia, una señal de deslealtad, inadmisibles en un partido decente y un precedente funesto con un respetado ciudadano y funcionario, elegido gobernador por el Partido Verde y ejemplo en el país de honestidad y coherencia.
El daño que produce este hecho, no es contra Fajardo o el movimiento Compromiso Ciudadano. Este es un ataque alevoso contra el proyecto Alianza Verde y contra las ilusiones que esta nueva perspectiva política ha despertado. Es una agresión contra todos los dirigentes y militantes de base que luchamos a brazo partido por abrir un camino independiente de los partidos tradicionales, acostumbrados ellos si a todo tipo de oscuras alianzas y venganzas y a utilizar el aparato del estado en su beneficio. Es un golpe contra los que luchamos porque se enarbolen los principios de la ética y la transparencia, del “no todo vale.
Desde hace rato ya el presidente Santos acostumbró al país a escuchar sus opiniones políticas de muy variada índole, asistiendo a congresos partidarios y reuniones variadas, sin que a nadie, mucho menos a nuestros dos senadores, se les haya ocurrido denunciarlo. La expresión por parte del gobernador de Antioquia de una opinión sobre un tema puntual del partido que lo eligió es apenas un derecho democrático elemental. Un partido moderno debe practicar la posibilidad de que se conozcan las distintas posiciones sin que sean satanizadas ni perseguidas.
Toda la militancia de la nueva Alianza Verde, debe repudiar este hecho propiciado por los senadores Name y Romero y llamar la atención sobre qué tipo de partido vamos a construir, cuáles son sus estándares éticos, cuál es su régimen de bancadas y disciplina partidaria, qué relaciones establece con otros partidos nacional y regionalmente y finalmente a quién se les debe otorgar un aval y quienes no tienen derecho a él. Finalmente solicitamos a la Dirección Nacional del partido un pronunciamiento sobre este nefasto acontecimiento.
REVERDECER-Coordinación Nacional
Octubre 18 de 2013