Según los informes oficiales de las Naciones Unidas, en octubre del 2011, la población mundial era de unos 7.000 millones de habitantes (se estima que actualmente estamos en los 7.700 millones):
Un 61% de la población mundial vive en Asia (4.700 millones), un 17% en África (1.300 millones), un 10% en Europa (750 millones), un 8% en Latinoamérica y el Caribe (650 millones) y el 5% restante en América del Norte (370 millones) y Oceanía (43 millones). China (1.440 millones) e India (1.390 millones) continúan siendo los países con mayor población. Ambos cuentan con más de 1.000 millones de personas y representan el 19% y 18% de la población mundial respectivamente, se espera que, sobre 2027, India supere a China como el país más poblado del mundo. Por el contrario, se estima que China reduzca su población en 31.400 millones (un 2.2% menos) entre 2019 y 2050.
El anterior informe dado por las Naciones Unidas nos muestra el sistema poblacional en el mundo, en el que tenemos un nivel de pobreza dado de la siguiente manera:
En 2015, 736 millones de personas vivían con menos de USD 1,90 al día, cifra inferior a los 1850 millones de 1990, pero un dato no menor es el que nos entrega el banco mundial de quienes conforman esa población de extrema pobreza en el mundo: “La mayoría de las personas pobres del mundo viven en zonas rurales y tienen escasa instrucción, trabajan principalmente en el sector de la agricultura y son menores de 18 años”.
Es ahí donde en estos momentos de crisis nos damos cuenta que le hemos dado la espalda a la parte más baja de la cadena dentro de la Sociedad, siendo hoy en los momentos de crisis mundial la que nos sostiene o en la que esperamos obtener los recursos necesarios para la subsistencia humana, la integración con el campo, las fuentes hídricas, la agricultura y el campesinado al que le hemos dado por completo la espalda, son hoy nuestro mayor tesoro para la riqueza, entendiéndose por riqueza los medios para Generar la economía en el mundo.
Una economía sostenible donde se lleven políticas de beneficios a los campesinos, donde se invierta en la tecnificación, volvamos a potenciar los ya olvidados patios productivos, esos que vimos en casa de nuestros abuelos, donde sembraban maíz, yuca, frutas, es lo que se debe fortalecer, esto además garantizaría un flujo positivo de la economía y donde saldremos de tener una pobreza extrema de vivir con menos de 2 dólares por persona y seguramente dignificaríamos la sociedad actual.
Es una operación sencilla, es la misma base social la que se mantendría ahí generando con el fruto de sus esfuerzos y conocimientos pero, con más equidad y con la posibilidad de brindarles una calidad de vida a ellos y sus futuras generaciones.
Es la oportunidad de volver la mirada al campo, esa que la aceleración de las metrópolis nos ha ido quitando, esa que hemos ido dejando a un lado, esa a la que no le damos la oportunidad que se merece en el sitial que corresponde, ha llegado el momento de trabajar en la base de la sociedad, en nuestra zona rural y en el maravilloso mundo del campo.
Paz y bien, Dios los bendiga.
