La abrumadora votación en contra de hundir la Reforma a la Salud -hace unos días- demuestra que una cosa se dice en los medios de comunicación, y otra bien distinta se hace en el Congreso, lo que ratifica la debilidad institucional del Legislativo, y el poder casi absoluto del Ejecutivo -emanado de la Constitución- incluida la iniciativa del gasto.
Un total de 17 votos en contra del archivo -casi el 80 por ciento de los miembros de la Comisión Séptima- revela que la posición deliberante de la mayoría de los Congresistas se queda en los micrófonos, pero a la hora de la verdad no son tan osados como para atreverse a rechazar la agenda legislativa del Gobierno, lo que no necesariamente es cuestionable, ni en lo legal ni en lo político -como infructuosamente trató de argumentar una de las recusaciones- porque a la hora de la verdad, la diversidad de posiciones contribuye en el enriquecimiento de la discusión.
El informe de ponencia negativo -sustentado por el Representante del Centro Democrático Juan Felipe Corzo, y la Representante de Cambio Radical Betsy Pérez- se debe revisar con toda responsabilidad, aún más cuando tiene varias coincidencias con la iniciativa gubernamental, en el sentido de incrementar la inversión en la red hospitalaria, construcción de nuevos centros de atención primaria, y renovación del sistema de información, lo que desmiente de plano que estos Partidos Políticos sean contrarios a una transformación de la salud en Colombia.
Es más, en el primer debate se debe buscar un punto de encuentro con la oposición, en reparos tan válidos de ésta como la total estatización, y la burocratización del sistema -multiplicidad de funciones del ADRES-, para ser incluido en un eventual pliego de modificaciones, lo que le daría aún más estructura y legitimidad a la reforma, que en lo posible debería ser aprobada con una "mayoría calificada", como si fuera una "ley estatutaria", asi como se negó la ponencia de archivo.
El trámite de la Reforma se adelanta sin ningún contratiempo, y lo alcanzado hasta el miércoles es más que suficiente -negar impedimentos, recusaciones y ponencia negativa- para asegurar que esta semana sea aprobada en primer debate, quedando incluso mes y medio de este período legislativo, para que sea discutida en la Plenaria de la Cámara, quedando para después del 20 de julio su correspondiente trámite en el Senado.
Coletilla: La discusión ha dado para revisar hasta donde está "impedido" un Congresista para votar esta Reforma a la Salud -por conflicto de intereses- en donde surge un principio casi "universal" sobre el asunto -tan reiterado por el entonces Representate Germán Navas Talero- en que nadie esta impedido cuando vota un proyecto de ley que es de interés general, o beneficia a cada uno de los colombianos, y no solo a un sector determinado de la población, lo que desvirtúa la tesis del impedimento por tener familiares propietarios de las EPS, o haber recibido financiación electoral de las mismas.
En el mismo sentido, la misma discusión deja en claro que las recusaciones no detienen el trámite de un proyecto de ley -que entre otros aspectos fueron negadas por la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista- como también que el concepto fiscal del Ministerio de Hacienda se puede radicar en cualquiera de los cuatro debates -no en el primero- aún más cuando la reforma es de iniciativa gubernamental, por lo que es ilógico dudar que el Ejecutivo dé aval financiero a uno de sus más preciados proyectos.
*** Asesor Legislativo - Escritor.