La "Columna Dominical" debe en parte su nombre a “Lecturas Dominicales” de El Tiempo, esa hermosa separata en tamaño tabloide que desapareció de la edición impresa dominical de El Tiempo, que en mi niñez y adolescencia –bajo la tutela de mi Padre- tuve el privilegio de leer sobre cómo las películas de Hollywood convertían “matar” en una verdadera virtud –alimentada por la venganza-, la despiadada pero interesante crítica a la novela “El amor en los tiempo del Cólera” de Gabriel García Márquez –no tan aclamada en su primera edición- y el cuestionamiento a una propuesta del entonces grupo guerrillero M-19, en el sentido eliminar de la Constitución una de las ramas del Poder Público: el Congreso de la República.
La fascinación por ese tipo de ensayos, se consolidó cuando estudié Comunicación Social y Periodismo en la Universidad de la Sabana -con un riguroso pensum académico- en donde fui descubriendo, paso a paso, los diferentes géneros de esta noble profesión: lo matemático de la Noticia, la estructura de la Entrevista, la magia de la Crónica y la profundidad del Reportaje, al igual que el casi "extinto" género de Opinión, cuando ahora las Facultades de Periodismo en su mayoría sólo enseñan a "producir" videos y "colgar" carteles en las redes sociales.
A lo largo de los talleres de redacción en la Universidad –dictados inicialmente por el desaparecido Enrique Alvarado (QEPD), exjefe de redacción de El Espectador- encontré la diferencia entre Artículo y Columna, en donde el primero es un escrito de opinión ocasional sobre cualquier tema en un periódico, mientras que el segundo tiene un espacio fijo y un tema determinado, lo que viene a explicar el nombre de mi "Columna Dominical", porque el desempeño profesional me llevó a hacer prensa y posteriormente seguimiento legislativo -incluida la formulación de proyectos de ley- lo que derivó en tocar temas del Congreso en mis Columnas, que se publican en un "espacio fijo" -redes sociales y periódicos de la región- como también en la publicación nacional Las 2 Orillas.
Aún no tengo claro -dicho sea de paso- si esta Columna Dominical se debe dedicar exclusivamente a temas del Congreso, o si alternar con crónicas vivenciales -como mi libro "A tugurio de ciudad"- por lo que aprovecho para preguntar al lector, cuál de estas dos alternativas le parece mejor: temas de Congreso, o Congreso y crónicas vivenciales ¡Ustedes tienen la palabra!
El proceso de formación de opinión pública, es totalmente ausente en Colombia, porque se ha convertido en una lamentable guerra ideológica -como si fuéramos barras bravas de fútbol- en donde no importa el desarrollo socioeconómico del País, sino la defensa a ultranza y sin piedad de nuestra posición, en donde no se puede pensar diferente, o buscar una posición ecuánime, porque de inmediato la "Santa Inquisición" de cada sector o Partido Político nos margina con la etiqueta de “derecha” o “izquierda”, o el despectivo término de “tibio”, porque simplemente el periodista o columnista –como es su deber- no se alinea con ninguno de los bandos.
Es sorprendente cómo las críticas al actual Gobierno Nacional en mi Columnas Dominicales, ha despertado el enojo de muchos lectores -incluso amigos personales- en donde se me señala como enemigo del cambio o aliado del "establecimiento", negándose a revisar y sopesar las razones de mis cuestionamientos, insistiendo éstos –casi con fanatismo- que todo no es más que una "conspiración" contra el Presidente Gustavo Petro –el mismo cuento “reforzado” de cuando era Alcalde de Bogotá- lo que no dista mucho del escepticismo y disgusto de muchos lectores contrarios al Primer Mandatario, cuando reconozco los aciertos del Mandatario, aunque a la hora de la verdad estos lectores de "derecha", han sido mucho más respetuosos y condescendientes con este Columnista.
La Columna Dominical es ni más ni menos que "el sagrado derecho de opinar, respaldar o disentir", en un intento no solo por rescatar un género tan importante como el de Opinión -pisoteado por las notas "cortas" de las redes sociales- sino además un esfuerzo para entregar elementos de juicio a los ciudadanos, que les permita sacar su propia opinión sobre la actualidad nacional -incluida la agenda gubernamental en el Congreso- sin necesidad de parcializarse o respaldar casi que emocionalmente a Petro, porque ante todo –estimados lectores- el “interés nacional” está por encima del interés particular de una ideología o Partido, o si se quiere del “Culto a la personalidad”.
Esos "elementos de juicio" -que cada domingo procuro entregar en mis Columnas"- se convierte en la verdadera función del periodismo, garantizando su ejercicio libre y democrático, ante acontecimientos tan preocupantes como la negación absoluta del Presidente Petro al escándalo de los pasaportes, aún con el cuestionamiento de senadoras tan importantes del Pacto Histórico, como Gloria Flórez y Jael Quiroga –ésta de la Unión Patriótica- y que se ha extendido con el infortunado sobrenombre del ahora suspendido Canciller Álvaro Leyva al periodista Daniel Coronell: Daniel “El Travieso”, desconociendo las investigaciones del reconocido comunicador, y de paso dando escasa o nula importancia al ejercicio del periodismo en Colombia, como se lo advirtió en Comisión Segunda el Senador José Vicente Carreño.
Coletilla: Antes de Semana Santa, estaré presentando en Casanare y el resto del País, mi nuevo libro "EN LA POBLACIÓN DEL PIEDEMONTE - Cuentos", en homenaje al sincretismo cultural de nuestro amado Yopal (Casanare), cuando estamos a menos de dos décadas del Centenario de su fundación. Amén.
*** Asesor Legislativo – Escritor.