“Al leer lo ocurrido en los periódicos ya me dio una ligera idea de los horrores del asunto.”
Fredic Brown
Últimamente hemos visto cómo se reproduce, en todos lo medios de comunicación, una práctica que consiste en echarse un balde de agua fría sobre el cuerpo. Con esto se pretende simular uno de los síntomas de los enfermos de esterosis lateral amiotrófica (enfermedad que consiste en la parálisis muscular progresiva) que, según las personas que padecen de esta, es una sensación parecida a un abrupto impacto de un líquido a baja temperatura.
Pero más allá del mero símbolo de echarse el agua encima y empaparse el cuerpo, lo que acompaña esta práctica es una masiva campaña para financiar una investigación dirigida a encontrar la cura de la esterosis lateral amiotrófica, que lidera The ALS Association. Innegable noble causa.
Ahora bien, esta práctica se ha difundido de manera masiva gracias a que muchos personajes famosos han hecho público esto por medio de las redes sociales, poniendo en evidencia ese afán de figurar como paladines de las nobles causas, además de hacerse, sin querer queriendo, una cuña publicitaria.
Eso me hace recordar, sin ser religioso, a Mateo 6:2, una parte de la Biblia que critica a aquellos hipócritas que dan limosna, para ser alabados por los hombres. Sólo que en este caso no es limosna, sino una donación . En ese mismo pasaje se habla, como forma de hacer pública la limosna, del toque de las trompetas; cosa equiparable al despliegue publicitario de sus cubetazos.
No estoy dudando de sus buenas intenciones, sólo digo que me produce horror el hecho de haber convertido la solidaridad en un vulgar juego para publicitar su imagen, para vender más, para ser populares, para expíar sus culpas -como en el caso del demoniaco expresidende Bush-, para hacerse un espacio en las páginas de la filatropía más simple y banal; o mejor decir, me produce horror ver cómo el asunto ha hecho de la solidaridad un adhesivo de mercachifle.