Se anunció ayer al país la puesta en marcha del Fondo de Estabilización de Precios del Café, una propuesta enarbolada por Dignidad Cafetera -en las negociaciones que permitieron los acuerdos para levantar el Paro Nacional Cafetero- en 2013. Van a ser 7 años de tan justa lucha de los cafeteros del país y apenas ahora se logra la reglamentación del Fondo -creado mediante una Ley tramitada el año anterior y a la cual hicimos reparos- pero que, finalmente, respaldamos. Y lo hicimos así, por el temor que teníamos y -que aún conservamos- de que la reglamentación del Fondo no cubra todos los costos de producción -sino una parte de estos- y los caficultores terminen perdiendo una parte importante de sus recursos ante las bajas en los precios internacionales -que se presentan periódicamente- y que el capital financiero escondido detrás de los fondos de pensiones y las multinacionales logra para hacer fabulosas utilidades en el mercado mundial del grano.
Y señalamos esa posibilidad por los anuncios hechos por parte del comité técnico creado, de que se fijarán precios diferenciales de acuerdo con los costos de producción en las regiones. La pregunta es sencilla: ¿cuánto reconocerá el fondo de estabilización de precios a los productores, el 65%, el 75%, el 90%, todo el costo de producción? Se incluirá, en el cálculo de los costos, las prestaciones sociales de los cafeteros y de sus trabajadores. ¿Los recursos destinados alcanzan para atender una crisis grave de precios? Y si no alcanzan, ¿Quién responderá?
Estas preguntas vienen al caso y deben aclararse a la opinión pública y a los cafeteros ya que, en palabras del Ministro Carrasquilla -reseñadas en el periódico El Tiempo de hoy- se afirma que el Fondo “es un instrumento que da tranquilidad al cafetero de que su producción ya tiene unos precios predeterminados y puede dedicarse a cultivar el café sin preocuparse de los vaivenes de precios” lo que, sin duda, puede terminar convertido en un engaño más a los productores cafeteros del país.
Creemos que la tarea no está concluida y que para tener garantía de precios debe crearse una organización de países productores de café que, como lo hemos dicho, haga frente a los juegos de especulación, pero, sobre todo, negocie precios justos, remunerativos y estables para los productores de café del mundo con las 4 o 5 grandes multinacionales que controlan el negocio cafetero mundial.
Un dato ilustra lo que queremos señalar: en 1990, cuando se rompe el Pacto Internacional de Cuotas se pagaba por una libra de café -en el mercado mundial del grano- 1 dólar con 41 centavos. Hoy, 30 años después, el precio al que se compra -en el mercado mundial- la misma libra es de 1 dólar con seis centavos y, durante muchos períodos, en estos años se ha comprado a menos de 1 dólar. Multinacionales y especuladores financieros hacen jugosas utilidades mientras los productores padecen graves dificultades económicas para sostener sus plantíos y hambre y miseria campea en miles de hogares de ellos y de sus trabajadores.
Muchas cosas quedan por aclarar. Cumpliremos con el papel que no se permitió que quedara en la Ley: que Dignidad ejerciera vigilancia y control sobre el fondo, sus recursos y sus decisiones.
Dignidad Cafetera Nacional
Dignidad Agropecuaria Colombiana
Comité Ejecutivo Nacional