El 19 de noviembre se conmemora el día mundial del inodoro y aunque parezca increíble, hay un número grande de personas que no lo tienen.
Es un objeto casi despreciado, pero tiene gran importancia para la humanidad. Hablo del inodoro, retrete, excusado o escusado, poceta, servicio, wáter, que hoy tiene gran importancia en cada casa que habitamos.
Pero no siempre fue así. En los comienzos de la historia humana las “necesidades” se hacían sin recato alguno y en presencia de quien estuviera al lado. Luego este objeto ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Según los que escarban en la historia, los cretenses usaban ya una especie de inodoro compuesto de una taza y un canal de desagüe, porque no hay que olvidar que por muchos años se usaba un orinal portátil que sin ningún recato era volcado a la calle, no sin antes gritar el aviso de “aguas sucias”.
Es, en 1910, luego de muchos pasos dados en la construcción de un lugar en donde depositar las heces que se inventa el inodoro tal como hoy lo conocemos: con un tanque y una taza en donde sentarnos.
Y a pesar de que poca importancia le prestamos son muchas las horas que sentados en el pasamos y hay quienes lo prefieren para la reflexión o la lectura.
Pero para éste lugar también, aunque no lo parezca, se han escrito normas. Cuentan que el gran escritor Erasmo de Rotterdam por medio de varios escritos hizo su aporte para normatizar el uso del inodoro. Entre varias hay una que señala: “es muy inconveniente saludar a alguien que esté orinando o evacuando” y yo como usted, muy seguramente celebramos esta norma.
También decía el gran Erasmo, –con mucha razón pero sin mucho efecto real- señalaba “que para expulsar gases había que disimular tosiendo”, cosa que aun hoy se sigue practicando.
Aunque el inodoro se hizo con el fin de que los seres humanos atendieran sus necesidades sin contaminar el ambiente, pero cada uso que se hace de el, se está contaminando el agua. Se dice que una familia de 5 personas contamina mas de 150 mil litros de agua al transportar unos 250 kilos de heces y unos 2500 litros de orina en un año sin embargo, según los estudiosos, es el método menos contaminante de eliminar los excrementos humanos.
Se asegura que el inventor del sanitario moderno fue Thomas Crapper en el año de 1884 quien diseño la válvula que sirve para cerrar el paso del agua cuando el tanque de agua se llena, pero son muchos que discrepan de que sea Crapper el inventor.
Sea quien fuere el que diseño y puso en funcionamiento el ingenioso artefacto, no olvidemos que por muchos años tuvo su imperio la bacinilla….pero esa es otra historia.