Sobre el caos en Canadá por los camioneros que se niegan a vacunarse contra la covid

Sobre el caos en Canadá por los camioneros que se niegan a vacunarse contra la covid

La discreta Canadá pocas veces sale a los medios internacionales. Pero se impone diferenciar el convoy camionero y el denominado “convoy de la libertad”

Por: Edgar Hernán Vega Sánchez
febrero 14, 2022
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Sobre el caos en Canadá por los camioneros que se niegan a vacunarse contra la covid
Foto: Pixabay

Se impone diferenciar el convoy camionero y el denominado “convoy de la libertad”

La discreta Canadá pocas veces sale a la palestra en la atención de los medios internacionales.

Pero, cuando se anuncian, mediante voces provenientes de algunos gremios camioneros en Estados Unidos y Europa, que van a “copiar” en las próximas semanas el modelo del “convoy de la libertad” canadiense, justo es deshilvanar los acontecimientos que han desembocado en una parálisis del centro de Ottawa, la capital del pujante coloso del norte.

Justamente es allí, en el centro de la ciudad, donde se encuentra la sede del parlamento federal, la denominada “Colina parlamentaria”.

El invierno canadiense tiene su pico más alto durante los meses de enero y febrero. En estos meses son constantes varios días con temperaturas de 25-30 grados bajo cero, además de las caídas de agua congelada, que requieren de una extrema cautela en los desplazamientos.

Y es en este marco que se mantienen cerca de 500 vehículos pesados estacionados (cabezotes de tractomulas en lo fundamental) pero con sus motores prendidos (única vía para mantener la calefacción al interior) y en determinados periodos con sus sirenas y bocinas (claxon) anunciando su presencia.

Las autoridades también han informado que al menos el 25% de los camioneros, se han hecho presentes con sus esposas e hijos menores de edad. A la fecha de estas líneas, febrero 12, se completan 15 días continuos de ocupación del centro de Ottawa.

La primera lectura que salta a la vista al tenor de las causas de esta singular protesta, son los movimientos antivacunas que también en Canadá, aunque minoritariamente, tienen presencia.

Esta minoría no es unitaria: a su interior hay ideologías fascistas, hay seguidores del movimiento QAnon de EEUU, hay supremacistas blancos, hay seguidores de extrema derecha. Un coctel.

Los medios de comunicación mencionaron en su momento, que varios grupos antivacunas, convocaban en redes sociales una marcha hacia Ottawa para exigir la no-obligatoriedad de la vacunación y además agitaban algunos, la consigna de pedir la renuncia del primer ministro canadiense, Justin Trudeau.

Estos grupos, no tendrían relación con los gremios camioneros. Esto es, hubo una confluencia entre las exigencias del gremio camionero y movimientos antivacunas, que conjuntamente marcharon hacia Ottawa. Esta confluencia entre el convoy de camioneros y las marchas convocadas por grupos antivacunas de todo tipo, es la que se conoce hoy como “el convoy de la libertad”.

En suma, señalan algunos medios, serían unos 5000 manifestantes, al inicio de la concentración.

Sin embargo, no todo el convoy de camioneros gira alrededor de exigir la no obligatoriedad de la vacunación: La “Alliance canadiense du camionaje” estima en 120.000 el número total de camioneros en Canadá y señala que, de ellos, el 85% se encuentra vacunado.

Esto concluye que hay convivencia en Ottawa, entre camioneros vacunados y no vacunados. Debemos sumergirnos un poco más, para dilucidar más ampliamente los argumentos de la protesta camionera.

Este otro elemento es de importancia: Uno: La mayoría de los gremios de camioneros canadienses no apoyan la protesta, y dos: la mayoría de los camioneros presentes en Ottawa, provienen de la provincia de Québec, y otros de la Nouvelle-Écosse y Nouveau-Brunswick.

A lo mejor el hecho de que la mayoría de camioneros en protesta provengan del Canadá francés, nos entregue indicios.

El gobierno del primer ministro de Québec, François Legault, ante la oleada de la variante Ómicron, ordenó medidas de confinamiento severas desde finales del reciente diciembre 2021.Medidas similares se adoptaron en el Canadá inglés. La población experimentó la sensación que retrocedía a los inicios de la pandemia.

Restaurantes, cines, espectáculos, escenarios deportivos y similares fueron cerrados. Se prohibieron las reuniones en casa, se cerraron los supermercados los domingos, y se impuso la obligatoriedad del teletrabajo, entre otras medidas. Confinamiento total.

Adicionalmente, a partir del 15 de enero 2022, Canadá exigió cuarentena de dos semanas a los viajeros que atravesaban su frontera, incluidos los camioneros que habían sido una excepción a esa medida.

Paralelamente, los Estados Unidos exigieron a partir del 22 de enero 2022 la obligatoriedad de la vacunación para quienes atravesasen su frontera. Estas medidas en su conjunto, deterioraron las condiciones de trabajo de los camioneros y los condujeron a Ottawa.

Por encima de la consigna de no obligatoriedad de la vacuna, el convoy camionero exige retornar a las condiciones de vida y trabajo que tenían, particularmente, antes de la oleada de la Ómicron.

La radiografía de la situación camionera la describió Donald Foucault, protestante en Ottawa, camionero de Montebello-Quebec, en entrevista para Radio-Canadá el 28 de enero. Al momento de la entrevista, él se encontraba vacunado dos veces y aguardaba su refuerzo:

“La vacunación es una parte muy pequeña [que está en contra]. Ese no es realmente el problema. Es que incluso vacunados, no podemos hacer nuestro trabajo", explica. “Después de las restricciones de salud…esto ha hecho que sus condiciones de trabajo sean extremadamente difíciles durante los últimos dos años, dice. No paso por la aduana, estoy en Canadá. Se supone que mi pasaporte sanitario es para cubrir mis necesidades básicas, que son alimentarme, lavarme, y no puedo hacerlo, porque los restaurantes están cerrados, así que [...] no tengo acceso a nada. Paso seis días en mi camión, vivo en 12 pies cuadrados. [...] Estamos quemados, no tenemos espacio para relajarnos", dice. Incluso aparcar para dormir se ha vuelto difícil, añade, ya que los restaurantes, muchos de los cuales solían permitir que los camiones se quedaran a dormir, ya no limpian sus estacionamientos de nieve. Sabemos que en Canadá no estamos equipados para el estacionamiento de camiones. [...] No hay suficientes. "Hacemos nuestras necesidades en bolsas, en nuestros camiones, llevamos comida para la semana, intentamos equipar nuestros camiones. Personalmente, he traído una cafetera, un microondas... Tienes que equiparte, porque no funciona nada en absoluto”

El gobierno federal, en cabeza del primer ministro Justin Trudeau ha señalado que la situación en Ottawa debe ser manejada por el orden municipal y que no desplegará el ejército para disuadir la manifestación, y por su parte, el alcalde de Ottawa ha solicitado refuerzo de su policía local, desbordada ante los acontecimientos.

Entre las medidas de disuasión policial se ha anunciado el decomiso de bombonas de combustible y el tratar de desmantelar su línea de provisión. Sin combustible es imposible sostenerse en la protesta por las condiciones climáticas del invierno.

Medios de prensa han advertido que ninguna firma de grúas se ha manifestado a favor de participar en un posible levantamiento de los tractocamiones, de una parte, por la inviabilidad técnica que esa operación presupone y de otra, por los niveles de violencia que una operación como esta supondría.

A su vez, un juez de la Corte Superior de Ontario, atendiendo la petición de residentes del centro de Ottawa, decretó el pasado 7 de febrero un periodo de 10 días en los cuales se prohíbe el uso de sirenas y bocinas por parte de los camioneros.

Además de la contaminación por el ruido, los fatigados residentes han elevado su voz de protesta por las consecuencias sanitarias negativas que ha generado esta inédita protesta en suelo canadiense.

Heces y olores de orina no se han hecho esperar, en una ciudad típicamente turística, que todavía no sale del asombro de los acontecimientos. También el comercio del sector ha tenido que cerrar sus puertas. El centro de la ciudad y sus alrededores se encuentra paralizado.

Entre tanto, se avizoran luces de esperanza. El primer ministro de Québec, François Legault, anunció el 8 de febrero el plan de desconfinamiento de la provincia que paulatinamente llevará al levantamiento total de las restricciones impuestas a restaurantes, bares, casinos, salas de espectáculos, iglesias, gimnasios, spas, entre otros. Igualmente, el teletrabajo dejara de ser obligatorio.

El plan tendrá su punto final el 14 de marzo, día en que esperan los canadienses franceses “retornar a la normalidad”. Medidas similares han sido anunciadas en el Canadá inglés, especialmente Alberta, Manitoba, Ontario, Isla del Príncipe Eduardo, Terranova y Labrador. La provincia más flexible es Saskatchewan que amplió la dosis de refuerzo a menores de 12 a 17 años y eliminará el requisito de mostrar el pasaporte de vacunación a partir del 14 de febrero.

Levantar las restricciones sanitarias, es la demanda del convoy camionero. La doble vacunación alcanzada actualmente y los respectivos refuerzos de la vacuna que ya se vienen implementando, abren el camino, como se ha demostrado a la fecha, de “convivir” con la covid.

Es hora de tratar el contagio por covid en casa, como se hace con la gripa. Y no solo en Canadá. Es hora de abandonar el pánico mundial que esta pandemia ha generado. Es hora de retornar a “la normalidad”.

Varios informes señalan que a nivel mundial un porcentaje superior al 62% de la población se encuentra vacunada al menos con una dosis. La OMS espera que para mediados del 2022 se alcance el 70%. Esto aun tomando en cuenta la desigualdad en la vacunación a nivel mundial, que es un tema central de debate.

Pero, gracias a los niveles de vacunación alcanzados, en breves meses se impondrá, a nivel mundial, iniciar el tránsito paulatino hacia la eliminación del pasaporte de vacunación (carné de vacunación), y, consecuentemente, la eliminación de la obligatoriedad de la vacunación.

Quien no quiera vacunarse asumirá el riesgo total. Es la libertad que reclaman. Y el vacunado estará tranquilo, asumiendo simplemente un menor riesgo en salud por contagio de la covid, dada la tranquilidad de los anticuerpos que la vacuna invita a crear en el organismo y que ayudarán a su sistema inmune a combatirla.

Vienen siendo demostradas las bondades de la doble vacunación y sus refuerzos posteriores, para enviar el miedo a la covid al bote de la basura.

Es hora de dejar sin argumentos la señalada “exportación” del “convoy de la libertad” canadiense, y movimientos similares, apoyados internacionalmente por personajes como Donald Trump.

Muy seguramente este apoyo explicaría una inyección considerable de aportes económicos provenientes de residentes en EEUU y que podrían implicar una intervención en asuntos internos canadienses.

De hecho, el 10 de febrero, el NPD (Nuevo Partido Democrático de Canadá), ha solicitado la comparecencia del embajador de los EEUU en Canadá ante el Comité permanente de negocios extranjeros y de desarrollo internacional, de la Cámara de los Comunes de Canadá.

@edhervegas
[email protected]

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