• Todo le sienta mal. No tolera las comidas grasosas, saladas, dulces ni ácidas.
• Piensa en su salud de una manera reiterada y su mejor ocupación es buscar médicos, medicamentos y curas milagrosas. Consume grandes cantidad de ajo y limón, porque cree que son la panacea.
• Ahora sí aprecia el valor de verduras, frutas y vegetales, incluso magnifica sus beneficios.
• Vota por los candidatos que le ofrezcan seguridad, seguridad y seguridad.
• Piensa que todo mundo lo va a robar, estafar o timar.
• Todo lo que come es dietético, bajo en sodio, bajo en calorías, toma jugos sin azúcar, no toma gaseosas, no come rellena, longaniza ni comidas callejeras, aunque se muere por cometer pecados gastronómicos, así que para paliar su frustración se la pasa criticando a los demás.
• Se preocupa por la tensión, el colesterol, los triglicéridos, la disfunción eréctil, etc. y tiene bien presente los porcentajes y cifras de cada uno de ellos.
• Se percata de las arrugas, las estrías y las adiposidades de sus contemporáneas, sin darse cuenta que las suyas pueden estar en igual o peor estado.
• Si era de izquierda, se volvió de derecha, de la nueva era y esotérico; si era de derecha tiene en un pedestal a personajes como José Obdulio Gaviria o Enrique Gómez Hurtado.
• Critica las vestimentas muy coloridas y que no combinen de la manera tradicional; usa sólo zapatos negros o café oscuro.
• No tiene ningún sentido ecológico, no recicla en casa y en el supermercado pelea porque no le dan doble bolsa.
• Cree a pie juntillas que todo lo que dice la televisión y los periódicos es la absoluta verdad. Así que todo lo parece un acto de terrorismo, culpa incluso de los accidentes viales a las Farc, está convencido de que los computadores de Reyes son más efectivos que la lámpara de Aladino, que Yidis cometió sola sus delitos, que Andrés Felipe es todo un estadista, que Agro Ingreso Seguro es un programa muy beneficioso para los campesinos pobres, etcétera.
• Nunca viaja sin tener seguros el hospedaje, la comida y los itinerarios. Abomina a los mochileros, así haya conocido el país “echando dedo” o de autostop.
• Envía correos electrónicos, cuando lo sabe hacer, sin tener en cuenta a quién le envía cada mensaje y sin proteger a sus destinatarios mediante la copia oculta (CCO). Casi todo correo suyo es un chiste trasnochado y mal escrito.
• Sólo consume artículos de marcas muy reconocidas y tradicionales, ojalá de multinacionales gringas muy famosas.
• Ve religiosamente Sábados Felices y las telenovelas de mafiosos, porque considera que es una manera de conocer la realidad del país y de paso divertirse. Aunque eso sí, si le preguntan se queja de la televisión y propugna por los programas culturales, que por supuesto jamás ve.
• Cree, y los denomina así, que sus contemporáneos son unos muchachos. Incluso considera que los de su edad o menos son unos jovencitos.
• Guarda los libros, los acetatos y los casetes de VSH como tesoros, aún no se ha enterado que existe el libro electrónico (e-book) y que los libros y películas se bajan de internet.
• Cree que los ateos son perversos y maléficos, sólo el creyente, así sea de dientes para afuera, es bueno y confiable.
• Considera de manera irracional y sin motivos fundados que Uribe es el mejor presidente que ha tenido el país, incluso por encima de los Lleras y los López.
• Le teme al Facebook y a las redes sociales, pues piensa que implican un riesgo casi de muerte; además, le parecen inauditas las relaciones por la red. También, por supuesto, mira con recelo a las lesbianas y a los homosexuales.
• Se queja de todo y quisiera cambiar su modo de vida, pero los apegos se la ganan, así que siempre termina haciendo y quejándose por lo mismo.
• Cree que es imposible o al menos muy remoto que China sea el nuevo líder del panorama internacional, porque no concibe que su admirado imperio gringo pueda caer algún día.
• Justifica cualquier crimen o violación con tal que haya sido con el propósito, así sea vago, equivocado o infundado, de derrotar a la guerrilla.
• Los hombres olvidan su caballerosidad para con las damas de su edad, sólo son gentiles con las niñas de menos de 18. Además creen de manera ciega e ingenua que las mujeres jóvenes aprecian en exceso la experiencia y las canas.
• Le temen a la gripa AH1N1, a la fiebre de las vacas locas y a todos los virus que publicitan las firmas farmacéuticas a través de los medios de comunicación, incluso son capaces de entrar en cuarentena.
• Creen, así hayan estudiado gracias a ella, que la educación pública es un nido de bandoleros y terroristas, por eso su ideal más alto es que sus hijos jamás tengan que ir a ella, ni siquiera para asistir al concierto de los sábados.
• Afirma con convicción, mientras le duelen las rodillas, padece de ciática y tiene alto el azúcar, que lo importante es que la juventud está en el espíritu y no en el cuerpo.
• Tiene un afán desmedido por atesorar, puede ser dinero, libros, zapatos, incluso el Betamax y el televisor en blanco y negro. Además considera que es previsivo, no tacaño ni avaro, aunque todos sus actos lo delaten.