Como psicólogo, he tenido la oportunidad de estudiar el Síndrome de Estocolmo y esta reacción psicológica donde la víctima de un secuestro, violación o retención en contra de su voluntad, desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo con quien la ha secuestrado. Además, el Gobierno Nacional y la mesa de negociación en La Habana quiere diagnosticar que las víctimas del Valle del Cauca tienen sentimientos positivos hacia sus secuestradores y viceversa.
Como lo decía el gigantesco cartel en el edificio de la Gobernación, “El Valle le dice sí a la paz”, la pregunta es: ¿a qué precio?
Muy preocupado quedé al conocer que uno de los temas abordados en la reunión de los presidentes de las corporaciones departamentales, que se realizó hace pocos días en Bogotá, fue el rumor de que a las Farc se le otorgarían cuatro curules en cada una de las asambleas de los departamentos, en los que el grupo armado ilegal hace presencia. De igual manera en los concejos municipales.
Se debe tener una amnesia colectiva para no recordar el desafortunado hecho del 11 de abril del 2002, cuando las Farc secuestraron a los 12 diputados del Valle del Cauca, 11 de ellos asesinados a sangre fría 5 años después. ¿Lo ha olvidado la mesa de negociación en La Habana? Es común en este tipo de procesos no tener presente a las familias de aquellos que han sacrificado sus vidas, por la cruenta violencia a la que ellos mismos nos han sometido.
Qué triste para nosotros los vallecaucanos que el día de mañana se llame "honorable diputado" a quien años atrás dio la orden o asesinó precisamente a quien hoy reemplaza. Si los señores de las Farc tienen tantas ganas de tener representación en la Asamblea del Valle del Cauca, que se sometan al voto popular a ver si los ciudadanos los eligen, ¿Cuál es el miedo? No diagnostiquen desde La Habana que en el Valle tenemos Síndrome de Estocolmo . No cumplimos ninguno de los criterios. Al Valle del Cauca se respeta.
@Juliocegarcia