Por fin escuchamos el pronunciamiento serio de un sindicato ante tanta negligencia, desidia administrativa, clientelismo, burocracia y arrogancia de un grupo politiquero que sumió a esta entidad en una crisis sin precedentes.
Como lo expresa el periodismo local, esta entidad es manejada por un grupo politiquero, por una familia, por clanes y mafias que se creen amos y dueños, unos bichos que chupan todo el néctar de sus frutos.
Al fin se escucha una voz sensata y valerosa que propende por la recuperación de la entidad y ponerla al servicio de las causas ambientales en nuestro departamento.
Tarde, pero valerosa, defensa. Lo mismo deben hacer lo sindicatos de tantas entidades del departamento que se encuentran secuestradas por testaferros al servicio de grupos políticos que con total desfachatez usufructuan sus recursos desviándolos al servicio de clanes y mafias.
Ya era hora de que un sindicato se expresara en defensa de sus ideales y objetivos. No es posible que el silencio de muchos sindicatos permita todo tipo de atropellos y corrupción. Que cohonesten con los políticos de turno para saquear y expoliar a nuestras empresas y entidades.
El hecho de ocupar un último lugar los sacudió, les movió las entrañas, los obligó a hacer uso de la dignidad.
Bien por este sindicato, que haciendo acopio de valor y dignidad denuncian el manejo clientelista y corrupto de Corponariño. Ejemplo a seguir en otras empresas y entidades donde la corrupción campea, los politiqueros reinan y las mafias saquean el erario.
En Corponariño se requiere profesionales idóneos y competentes que propendan por la recuperación de nuestro medioambiente y generen políticas en tal sentido. Ese último lugar es la clara muestra que la politiquería que condena a las entidades y al mismo departamento de Nariño a un destino de miseria, pobreza y caos.
Rescatemos nuestra entidades y corporaciones. Rescatemos a Nariño de las oprobiosas garras de la corrupción.
¿Quién entregó esta corporación a estos clanes familiares? ¿Quién es esa familia corrupta y carroñera? Lo expresa uno de los dirigentes del sindicato: la familia Enriquez Rosero, voz populi que pocos se atrevían a denunciar.
En muchas entidades ocurren cosas peores, roban, saquean, meten la mano sucia oscuros politiqueros, se nombran entre sí, se apoderan de los recursos convirtiéndolos en cajas de resonancia de sus más viles intereses.
Llegó la hora de expulsar a tanto malandrín de nuestra entidades. Quizá estemos viendo el renacer del sentido sindical en Nariño.