Los procesos de urbanización se están produciendo a un ritmo acelerado en América Latina y el Caribe (ALC). Prueba de ello es que, en la actualidad, esta es la segunda región más urbanizada del planeta: pasó de tener una tasa de urbanización del 41 % en 1950 a una del 80 % en 2014. Si esta tendencia continúa, en 20 años poco menos de la totalidad de la población latinoamericana vivirá en ciudades (90 %), lo confirma y predice el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Estas dinámicas de crecimiento urbano en ALC la han impuesto en los últimos tiempos las ciudades intermedias más que las grandes metrópolis. Las ciudades intermedias se están expandiendo de manera exponencial por toda la región.
Las ciudades emergentes, según el BID, son aquellas áreas urbanas que se clasifican como intermedias, de acuerdo con la población total de cada país, y que además muestran un crecimiento poblacional y económico sostenido, en un ambiente de estabilidad social y gobernabilidad. Se cuentan alrededor de 140 ciudades emergentes en toda ALC a la fecha, y todavía puede crecer el dato en la medida de las dinámicas que muestran algunas ciudades que van por ese ritmo de crecimiento relativo.
¿Puede Sincelejo hacer parte del grupo de ciudades emergentes de ALC en los próximos veinte años?
Es todo un reto que debemos asumir desde la complejidad del territorio y que al Alcalde Jacobo y a su equipo de gobierno le debe sonar la idea como una ruptura indispensable con el oprobioso lastre que hemos venido consolidando para vergüenza nacional.
Tenemos una experiencia cercana con Montería —amén de extrañas variables que aceleraron más su ritmo de crecimiento exponencial—, en la que debemos beber y transformar para aplicar en nuestros linderos de sabanas del Caribe. Si bien no teníamos presidente con finca en nuestras cercanías, los alcaldes que han gobernado a la ciudad y al territorio le han quedado adeudando la visión necesaria para que Sincelejo pueda despegar dentro del concepto de ciudad emergente y sostenible.
Sincelejo solo cumple con el tamaño de la población
y su ritmo de crecimiento demográfico
para consolidar un proyecto de ciudad emergente
De los cuatro (4) criterios establecidos para consolidar un proyecto de ciudad emergente, Sincelejo sólo cumple con dos (2): el tamaño de la población y su ritmo de crecimiento demográfico.
Sincelejo como área urbana intermedia (con 275.207 habitantes según el DANE al 2015) ha venido experimentando un crecimiento poblacional sostenido desde el periodo 2005-2012 (entre otras por la llegada de más de 90 mil desplazados por la violencia).
Nos quedan faltando dos (2) criterios claves para poder consolidar una iniciativa de ciudad emergente en Sincelejo: uno, el desarrollo económico continuado y el otro, la estabilidad social y gobernabilidad.
¿En qué se debe soportar esta iniciativa de ciudad emergente en Sincelejo?
Tres (3) son los pilares que plantea el enfoque: desarrollo urbano, medio ambiente y cambio climático y el de la sostenibilidad fiscal.
Para que Sincelejo pueda tener desarrollo urbano, requiere como territorio una coherente gestión del área urbana a nivel espacial, atacar la pobreza, ofrecer un excelente sistema de transporte público, un transporte seguro, limpio y multimodal, que se constituya una base económica diversificada y competitiva, con generación de empleo, permanente conectividad que impulse a la ciudadanía digital, educación pública con calidad y cobertura e inclusión laboral, fuerte seguridad ciudadana y un sistema de salud pública eficiente.
En lo ambiental y de cambio climático, Sincelejo debe resolver sus limitaciones de provisión eficiente de agua potable, asegurar la energía indispensable y con costos razonables, apostar a otras fuentes de energías renovables, a la calidad del aire, a disminuir la contaminación acústica y a mitigar los efectos de los gases efecto invernadero, la gestión adecuada de los residuos sólidos y las aguas residuales, la suficiente preparación para reducir la vulnerabilidad a los desastres naturales, prepararse para el manejo de dichos desastres naturales y la elaboración de planes de riesgo y adaptación al cambio climático.
En materia de sostenibilidad fiscal, Sincelejo debe transitar por los caminos de la planeación participativa, las prácticas de transparencia, la auditoría a lo público, una gestión pública local moderna, que se consolide una autonomía fiscal y administrativa, se pueda maximizar la base tributaria de la ciudad, se movilicen fondos hacia sectores estratégicos, se asuma la gestión por resultados más que por actividades, se incremente la calidad del gasto público, se haga una eficiente gestión de la deuda pública y se haga adecuado manejo de los pasivos contingentes.
Coda: Si hacemos bien la tarea, alcalde Jacobo, usted habrá trazado la visión de Sincelejo para los próximos 20 años. Una ciudad sostenible con buena calidad de vida a sus ciudadanos, que minimiza sus impactos al medio natural, preserva sus activos ambientales y físicos para generaciones futuras, y a través de ello promueve su competitividad; y cuenta con un gobierno local con capacidad fiscal y administrativa para llevar a cabo su tarea con la participación activa de la ciudadanía.
