Hablar de currículo implica tener una visión amplia de todo aquello que conforma la educación, debido a que este es el que va a trazar los lineamientos necesarios para el desarrollo de un modelo educativo que tenga en cuenta las necesidades de una sociedad de posconflicto.
En consecuencia, este debe tener en cuenta los modelos pedagógicos, los planes de estudios, las metodologías utilizadas, las herramientas tecnológicas necesarias, el perfil del docente, la normatividad que reglamenta la actividad educativa, el tipo de evaluación utilizada en los procesos con el fin de hacer los seguimientos y los ajustes pertinentes para alcanzar las metas en materia de calidad educativa.
Por estas razones se hace necesario replantear el currículo prescrito u oficial con el fin de dar una integración a todas las áreas del conocimiento y no como suele ocurrir, que este se encuentra diseñado en forma lineal impidiendo el desarrollo de un pensamiento complejo, propuesto por Edgar Morín, que afirma que solo con la integración del conocimiento se puede estimular este tipo de pensamiento.
Lo anterior hace necesario un rediseño curricular en el cual se reúna o agrupe lo que ha permanecido dividido. Con las fronteras de cada disciplina científica se ha segmentado la educación y cada docente maneja su área del conocimiento sin hacer la debida integración, por ello se debe utilizar el diseño de proyectos transversales, que permitan la transdisciplinariedad.
Esta a su vez debe fomentar en el estudiante unas habilidades de desarrollo cognitivo y socio-afectivas, todo para que sean capaces de resolver problemas en su contexto y no solo sepan almacenar información o estar listos para unas pruebas estandarizadas. Los estudiantes deben adquirir un conocimiento práctico que estimule la creatividad y a la vez esté conectado con la vida cotidiana, permitiendo de esta forma un cambio al modelo educativo en el país, que construya un ciudadano integral, crítico, que sea capaz de resolver los conflictos de una forma pacífica y reconozca al otro como un interlocutor válido.