La peor figuración que tuvo Nairo en una Gran Vuelta fue en el 2018 cuando ocupó la décima casilla del Tour de Francia. Lo destrozaron, lo acabaron. Le dijeron que estaba terminado. En su escuadra, la Movistar, lo miraban por encima del hombro. Le decían que era un tirano, un mal líder. Que los ponía a trabajar para nada. Ese año Nairo ganó en casi todas las competencias que participó. Al menos una etapa, una camiseta, siempre con los perfumados de las vueltas.
Cansado de las críticas, Nairo se fue de una escuadra que él convirtió en la segunda mejor del mundo. Hoy acabamos de ver la tercera etapa de la Criterium Dauphiné. Nairo no tuvo su mejor etapa. Se está recuperando del accidente que sufrió en Boyacá. sin embargo perdió apenas 10 segundos con un intratable Roglic. Los Movistar no estuvieron ni siquiera entre los 30 primeros. Faltando cinco kilómetros ya se había descolgado Valverde, uno de los que peor habló de Nairo. Enric Mas y Marc Soler, tampoco aparecieron. No tienen la casta de Nairo.
Un error grueso el de Eusebio Unzúe cuando despreció a Nairo, cuando se rehusó a conformar una escuadra para hacerlo inmortal. A él lo que le interesaba es que Movistar ganara la clasificación por equipos, pero sin un gran capo va a ser complicado. Nairo va a llegar en gran estado de forma y en un mes, cuando se esté definiendo el Tour, estará en su pico físico. Mientras tanto uno no ve a nadie del Movistar pudiendo disputar podio. Como colombiano es un placer ver como las carreteras europas deshacen la mentira del equipo de la telefónica.
