El atropellamiento de la fauna es un impacto ambiental que se da por la operación de las carreteras, es una de las principales causas de pérdida de individuos de la biodiversidad. (López Castro et al., 2020), como resultado de esto se puede observar comúnmente, cadáveres y restos en descomposición de individuos; principalmente, este fenómeno se presenta por el trazado de la vía que fragmenta un ecosistema sensible lo cual interrumpe el área de transito de diversas especies.
Las infraestructuras lineales (carreteras) representan una barrera que impide el movimiento natural de algunas especies, incrementando la posibilidad de muertes por colisiones con vehículos (Bedoya-V et al., 2018). Las carreteras también impactan poblaciones de aves, reptiles y anfibios (Alves da Rosa y Bager, 2012; Pfeifer-Coelho et al. 2012; Quintero-Ángel et al. 2012), sin embargo, la problemática para estos grupos de vertebrados es aún desconocida y subestimada a nivel local, por lo que no hay claridad sobre los efectos ecológicos generados por la red vial sobre estos grupos, ni cuáles especies pueden ser más afectadas (Delgado-V 2014).
Al no considerar criterios ecológicos en su planeación y construcción, la infraestructura vial irrumpe en áreas frágiles y diversas, además promueve la construcción de vías secundarias y terciarias que incrementan la escala del impacto a nivel del territorio (Pfaff et al 2007, Perz et al 2008).
La problemática ambiental derivada de la infraestructura vial es estudiada por la ecología de carreteras. Esta disciplina aborda los impactos de la infraestructura de transporte sobre el medio ambiente, sus componentes y sus procesos, buscando soluciones que integren la ingeniería, las ciencias y las políticas de planificación de uso del suelo (Coffin, 2007).
Entre los temas centrales de que trata la ecología de carretera están los cambios en las rutas migratorias de los animales, el efecto barrero que restringe la actividad de la fauna silvestre, la interrupción del flujo genético, el deterioro y fragmentación de los hábitats naturales y el atropellamiento de fauna (Jaramillo-Fayad et al., 2019).
En las regiones tropicales, la ecología de carreteras es relativamente nueva, siendo Brasil pionero en su estudio con la creación del Centro de Estudios de Ecología de Carreteras (CBEE), de la Universidad Federal de Lavras. Otros países como Costa Rica también han desarrollado programas enfocados al estudio y manejo de impactos asociados a la carretera.
De hecho, de acuerdo con la revisión realizada por Monge-Nájera (2018), Brasil, Costa Rica y Colombia son los países que mayor producción de estudios relacionados con la ecología de carreteras registran en Latinoamérica, específicamente, en el tema de atropellamiento de fauna silvestre.
En el caso específico de Colombia, el atropellamiento de fauna silvestre es un tema relativamente nuevo, lo que se refleja claramente en la poca información derivada de investigación científica o técnica disponible.
Sin embargo, existen dos importantes iniciativas asociadas con el atropellamiento de fauna, que nacen en el sector académico en unión con la comunidad: el Programa de Ecología de las Carreteras e Infraestructura Verde- PECIV (Jaramillo-Fayad et al., 2019) y la Red Colombiana de Seguimiento de Fauna Atropellada-RECOSFA, la cual se basa en reportes de casos de fauna atropellada realizados por los usuarios de la aplicación, lo que permite recopilar información valiosa sobre las muertes de fauna en las vías del país.
Pasos Para La Fauna
Los pasos de fauna son estructuras que se construyen o se adaptan para permitir el paso de los individuos de fauna silvestre entre dos parches de hábitat atravesados por una vía, sin necesidad de que se muevan sobre esta, evitando así el atropellamiento por parte de los vehículos (Smith et al., 2015). Esta es quizá la estrategia más usada a nivel mundial para manejar el fenómeno del atropellamiento de fauna, pues es bastante versátil y puede acomodarse a las necesidades específicas del sitio en el cual se desee instalar (Ghent, 2018).
Los pasos de fauna pueden ser concebidos de manera aérea, como puentes sobre la vía o estructuras que unen el dosel de los árboles; pasos subterráneos como túneles o infraestructura como acueductos, que se adaptan para que los animales la usen para moverse (Álvarez & Baulies, 2006). Ubicación de estructuras transversales a una vía, las cuales cumplen la función de establecer el paso seguro de fauna en los hábitats que han sido fragmentados por la construcción de infraestructura de transporte. El tipo de estructura va ligado a las características de movimiento de las especies presentes en el área del proyecto (Garzón Rincón, 2022; Ghent, 2018).
El individuo de la fauna silvestre más atropellado en Colombia: la zarigüeya (o chucha común)
Las zarigüeyas son mamíferos marsupiales que pertenecen al orden Didelphimorphia y a la familia Didelphidae. La palabra marsupiales se deriva del latín marsupium o del griego marsipion que significa bolsa, (Flórez F.J. 2020.) Didelphis marsupialis es conocida con el nombre de zarigüeya común, chucha de orejas negras, zorro chucha, zorro mochilero, rabipelao, gambá, raposa, fara, runcho y comadreja overa (Flórez F.J. 2020.).
Busca su alimento en el suelo, y sube a la copa de los árboles para consumir frutos y néctar; su dieta es omnívora e incluye pequeños vertebrados, huevos, insectos, lombrices, néctar, frutos silvestres y cultivos, también puede alimentarse de aves de corral (Flórez F.J. 2020.).
En Colombia, hay alrededor de 50 especies de marsupiales pertenecientes a los órdenes Didelphimorphia, Paucituberculata, estos mamíferos cumplen una importante función dentro de su ecosistema debido a que son controladores de poblaciones como insectos, pequeñas serpientes, mamíferos, aves y otros vertebrados, además contribuyen con los ciclos tróficos ya que dentro de su dieta también está el consumo de frutas, semillas y hojas, (Flórez F.J. 2020.).
Según CORANTIOQUIA, CORNARE, AMVA, CORPOURABA,(Autoridades Ambientales) entre los años 2018 a 2022 entraron a los centros de atención y valoración de fauna silvestre en el Departamento de Antioquia cerca de 44.000 individuos de la fauna silvestre, de los cuales 24.000 eran zarigüeyas.
Se hace necesario implementar acciones de conservación y educación ambiental para la protección de la fauna silvestre en especial de nuestra zarigüeya y/o chucha común).