Existen humoristas que hacen respetar su profesión manifestando que el humor se trata de algo muy serio para destacar que requiere de elaboración, dedicación, imaginación y creatividad, entre otras habilidades.
En la literatura podemos encontrar referentes muy importantes para discutir sobre la importancia del humor y de la risa; resulta particularmente encantadora la novela titulada El nombre de la rosa de Umberto Eco, publicada en 1980, definida por algunos como una mezcla entre histórica y policiaca, en la que se manifiesta el poder (prohibido) con el que puede cargar la comedia; los cuentos de Canterbury, publicados entre 1387 y 1400, por Geoffrey Chaucer, retratan con humor las diferencias sociales de la época.
Un referente del uso del humor para denunciar situaciones sociales en la historia reciente de Colombia, lo podemos encontrar en Jaime Garzón, aunque con un desenlace triste para los que creen en la viabilidad de la libertad de expresión en nuestro país.
En las circunstancias actuales de nuestra región, en la cotidianeidad, muchas personas han perdido familiares o amigos cercanos durante la pandemia, esto hace muy difícil que se bromee con el tema del COVID-19, especialmente desconociendo la sensibilidad del potencial receptor de las bromas.
En esta época de la inmediatez, las bromas y el matoneo se esparcen en las redes a una velocidad increíblemente alta. Hay despliegues súbitos de creatividad en muchas personas para generar burla por los errores de un personaje que no sea de sus afectos.
Ahora, para que esto no parezca una oda en contra de la libertad de expresión, quiero aclarar que el humor es muy importante para la vida psicológica y la salud mental en general, que creo firmemente en la libertad de expresión y en el humor como una herramienta muy poderosa para transmitir mensajes de manera muy potente. En la época de los filósofos griegos clásicos la tragedia se asimilaba con ideas particularmente elaboradas, digamos de tipo casi intelectual, mientras la comedia se entendía más cercana a las clases populares.
Habiendo aclarado esto, quiero insistir en la posible inconveniencia de dos tipos de burlas: aquellas que pueden lastimar la sensibilidad de personas que han perdido seres queridos y aquellas insistentes en contra de errores banales de las personas, sean del bando que sean, lo cual puede hacer perder la atención sobre los hechos y los problemas que son realmente importantes para nuestro país y nuestra región.
La próxima vez que comparta un meme o que lance un chiste, pregúntese si puede lastimar la sensibilidad de alguien que haya perdido un ser querido, insisto en que esta opinión no debe entenderse como contraria a la libertad de expresión, y también pregúntese si en lugar de hacer una crítica en contra de alguien, lo que está haciendo realmente es un favor a ese personaje indeseado al facilitar que se desvíe la atención sobre lo que realmente importa.
