No obstante el contexto; a pesar de la captura del exmagistrado Ricaurte; tratando de ignorar las confesiones/victimizaciones de Musa; dejando a un lado las grabaciones de Lyons, Moreno y alias Porcino en Miami y como si no supiéramos que se vienen un buen número de investigaciones y capturas a expresidentes de la Corte Suprema de Justicia y congresistas, nos mantenemos firmes en que la institucionalidad, su majestuosidad, la ponderación, la justicia y el apego al Estado de Derecho, son lo único que nos separa de la catástrofe total.
No nos permitimos caer en el nihilismo y afirmamos que la actuación es “extraña” o a lo máximo “irregular”. Que un documento, que decreta un embargo de nuestros bienes aparezca de la nada publicado en un blog local grosero y agresivo, debe ser el resultado de un error o, en el peor de los casos, de la acción individual de una manzana podrida dentro de la Contraloría General del Departamento. No es cierto. No puede ser que esto, como dicen varios periodistas de cadenas y publicaciones nacionales y locales, sea parte de una conspiración mayor para hacernos daño y truncar nuestra carrera por la Presidencia. Imposible. Eso sería la tapa de la olla… podrida.
Revisamos en compañía de nuestra apoderada todo el expediente del proceso; hoja por hoja. Hacemos el inventario de las audiencias realizadas y, por ningún lado, en ningún folder o AZ encontramos el bendito documento que, según se lee en la filtración, tiene tres meses de elaborado. Pero ¿cómo? ¿De dónde sale este supuesto embargo? ¿Quién quiere poner a rodar este titular precisamente esta semana en que dimos inicio a la Coalición Colombia y exactamente el mismo día que se publica una encuesta que nos da como ganadores en Antioquia?
Reviso en la Oficina de Instrumentos Públicos a ver si hay alguna anotación sobre uno de los bienes que se señalan (el otro tiene una dirección incompleta que no me dice nada y que no puedo identificar) y no aparece nada. ¡Obvio! El bien que supuestamente está embargado está afectado a vivienda familiar, es decir, por ley es inembargable. Pero, cualquier funcionario de la Contraloría sabría esto, ¿No? ¿Qué les habrá pasado?
Un coro insistente nos repite
que esto es una estrategia de fulano de allá y zutano de acá;
que hay una orden para pararlos, para hacerles daño
Un coro insistente nos repite que esto es una estrategia de fulano de allá y zutano de acá; que hay una orden para pararlos, para hacerles daño. Nosotros insistimos que no puede ser. Nos dicen ¡no sean ingenuos hombre! (ya un periódico local nos había graduado de ingenuos en un editorial). Pero nosotros pensamos que las instituciones están ahí para velar por el Estado de Derecho, por los derechos fundamentales, por el bien común y que su fin último es esclarecer la verdad, nunca servir de arma para intereses personales o grupales. ¡Ni más faltaba hombre!
Enviamos un memorial a la Contraloría expresando nuestra sorpresa (los ingenuos todavía nos sorprendemos) y solicitando claridad. ¿De dónde salió ese documento? ¿Por qué no está en las carpetas? Requerimos también que se compulsaran copias a la Fiscalía General de la Nación y a la Procuraduría ya que alguien había roto la sagrada confidencialidad (¡en el Mes de la Confidencialidad en la Contraloría! En serio miren aquí y es necesario saber quién fue para así aplicar un castigo ejemplar. Es el camino correcto.
¿Qué esperamos de las instituciones y sus funcionarios? Lo que cualquier ciudadano: respeto por la ley, independencia, solemnidad, dignidad y justicia. Es un derecho del campesino que presenta una querella ante un Inspector de Policía, así como de un exgobernador, un congresista o un presidente activo. La realidad parece apabullarnos, pero sentirse apabullado no es una opción. Si no exigimos y reclamamos de nuestras instituciones la búsqueda de la verdad , simplemente no hay nada. Nos negamos a la nada y reivindicamos la posibilidad de participar, liderar y transformar nuestra sociedad.
(Risas sarcásticas en off).