Colombia juega mal, no transmite nada, no nos identificamos con su juego, no tiene figuras descollantes. Duván Zapata es un fantasma que no le hace goles a nadie y Rueda sigue sin poner de titular al único jugador que podría marcar diferencia, Luis Fernando Muriel en la banca y la mala convocatoria se refleja en nombres como Sebastián Perez, un ridículo absoluto.
El crédito que se había ganado Rueda en la doble fecha eliminatoria, contra Perú y Argentina, se deshace después de la pésima Copa América que ha jugado. No puede ser que Colombia sea tercera en un grupo con Brasil, Ecuador, Peru y Venezuela. 1 partido ganado, 1 empatado, 2 perdidos. Por eso el partido contra Uruguay genera verdadero terror.
La suspensión de Cuadrado por doble amarilla, después de la mala decisión de Rueda de meterlo de titular contra Brasil, y ahora la lesión en el soleo de Mateus Uribe, son dos ausencias que nos deja sin respuestas contra la Uruguay de Luis Suarez y Cavani.
No vemos como Colombia va a poder hacerle contrapeso a la armada uruguaya pero, cuidado, que el fútbol es la dinámica de lo impensado y por ahí se podría dar una sorpresa, pero por ahora no existe ni siquiera la posibilidad de hacerle sombra a un equipo que, en Barranquilla, nos metió 3 goles.
El panorama no puede ser más tenebroso.