Cualquier análisis sobre el gobierno y sus impactos en la juventud debe empezar por explicar los mediocres resultados en materia económica. En lo medular, se mantienen las políticas neoliberales, que impiden la generación de fuentes de empleo y riqueza, condiciones insustituibles para el desarrollo del aparato productivo nacional, el pleno ejercicio de la soberanía y la garantía de derechos.
El actual presidente, en campaña, cacareó con rimbombantes discursos de “cambio” para obtener buena parte de sus votos, pero en la práctica representa más de lo mismo, incluso en la corrupción y el clientelismo. Así las cosas, si utilizáramos un símil de lo que significa ser joven en un país como Colombia, la respuesta sería: una eterna carrera de obstáculos para estudiar, trabajar y pensionarse.
La suerte de la juventud está ligada a la economía nacional y de los hogares. Colombia crea solo USD 6,800 de riqueza per cápita al año, lejos de los países desarrollados, y su crecimiento es muy bajo. Son recurrentes los déficits fiscal, comercial y en la cuenta corriente. Alarma la caída del 0.41% en el ingreso por habitante, lo que merma el consumo y también el desplome de la inversión, dado que la formación bruta de capital se contrajo un 24%. A su vez, el alza exorbitante de la deuda externa ya ronda los USD 200 mil millones. A diario, sufren los pobres y las clases medias por las alzas en la gasolina, los peajes y los costos de energía.
En educación, las reformas al SGP e ICETEX no son prioridad y deberá discutirse si la modificación de los artículos 86 y 87 de la Ley 30 realmente, entre otras cosas, aumenta la base presupuestal en consonancia con los costos reales de la educación superior y cierra brechas con los países desarrollados. De momento, se mantiene el autofinanciamiento del 50% en IES públicas y el déficit histórico de más de 18 billones de pesos, así como la deuda de $290 billones de la nación con los colegios, la capitalización de intereses y la asfixia a los deudores de créditos.
Se propusieron 500,000 cupos nuevos en educación superior y solo se han alcanzado 65,000, con el agravante de incentivar solo la demanda sin fortalecer presupuestalmente la oferta. Mintió al sacar pecho por nuevas sedes y mejoras en colegios, que en su mayoría provienen del FIE creado en 2015. Los recursos en el PGN para ciencia, tecnología e innovación (CTeI), como porcentaje del PIB, en 2023 y 2024 (0,03% y 0,02%), estuvieron por debajo del promedio de 2005-2022 (0,04%), y para 2025 siguen a la baja. Recordemos también que este gobierno presentó una regresiva Ley Estatutaria de Educación que fue hundida tras el paro de FECODE.
Por otra parte, en materia de empleo, la tragedia es mayúscula, especialmente por los impactos de los TLC, como el de Estados Unidos y la Unión Europea, dado que reemplazan el trabajo nacional por el extranjero. El ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes, y el presidente Petro ya dejaron claro que renegociar no es una prioridad, desconociendo que en la base del desempleo estructural, que se mantiene en el 10%, están estos tratados leoninos.
La juventud no se escapa de esa lamentable realidad, y las recientes cifras del DANE, que comparan el trimestre móvil de mayo a julio de 2023 y 2024, evidencian que la tasa de desocupación aumentó un 0,6 p.p., pasando del 16,6% al 17,2%, respectivamente. No deja de ser preocupante que para 2023 cerca de 723 mil jóvenes entre 15 y 24 años buscaban empleo sin encontrarlo, y el aumento para 2024 en esta misma condición haya sido de 25 mil jóvenes. A esta tragedia se suman los más de 2,6 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Adicionalmente, la reforma pensional se aprobó a pupitrazo y en contra de la juventud trabajadora. Se aseguró a los fondos privados, que administran más de $400 billones de ahorros de los trabajadores, una comisión anual de $2,1 billones. Además, se volvieron obligatorias las cotizaciones a fondos privados a partir de un techo de 2,3 SMMLV, lo que merma a Colpensiones y disminuye las mesadas.
Distintos cálculos señalan que, si se toman salarios promedios de $5 millones y se comparan las condiciones de retorno y/o reemplazo del régimen de prima media con el nuevo modelo de pilares, la reducción de las futuras mesadas será significativa. Estaríamos pasando, en este caso, de pensiones de $3,250,000 a $2,590,000, respectivamente. Un auténtico crimen en un país donde hay un círculo vicioso en el que, al no crear riqueza y al no ser la regla los empleos formales y de calidad, acceder a una pensión será más difícil y menos digno.
Tras dos años, los hechos prueban que el gobierno de Petro, en lo concreto, no propicia las condiciones para remover estos obstáculos y mantiene, al igual que los anteriores, las políticas de libre comercio que nos alejan del desarrollo económico y de la garantía de derechos. Lo nacional y democrático para la juventud es analizar de manera crítica la realidad del país, fortalecer su organización y movilización, y luchar para derrotar el continuismo de las imposiciones del BM, la OCDE y el FMI, que principalmente favorecen a potencias como EE. UU.