Jairo Varela es el maestro chocoano ayudó a poner a Cali en el mapa mundial como la capital de la salsa, también conocida como la sucursal del cielo o la sultana. Hoy Cali y el Valle se encuentran entre la espada y la pared, debido a la crítica situación que atraviesa el hospital más grande que tiene el suroccidente colombiano.
El HUV, como es conocido, se encuentra en cuidados intensivos. No hay cama pa' tanta gente, no hay algodón, ni jeringas. Grave, muy grave. Esto no debe ocurrir en un país que hoy se está pensando en la paz. En la mañana del 28 de septiembre en la asamblea anual de la ONU, el presidente Santos dijo a viva voz que Colombia está a punto de acabar con el conflicto armado más largo del hemisferio occidental. Es de vital importancia dejar claro que la firma de un acuerdo con la guerrilla de las Farc no garantiza el fin del conflicto, si bien podría ser un paso importante, aún quedará mucho camino por recorrer. Uno de ellos es la salud de los colombianos.
No es necesario acudir a Oslo, ni mucho menos a La Habana, el problema debe ser resuelto dentro del territorio nacional y no solo con los empresarios, es preponderante que se sienten a la mesa los miles de colombianos y colombianas que han perdido familiares por culpa de la pésima atención de las EPE, entidades que se han encargado de desangrar en gran medida los recursos de los más desfavorecidos. Deben sentarse a la mesa las personas que a diario luchan por conseguir una cita o atención digna para sus familiares, así mismo los profesionales de la salud, las universidades que ofertan programas de salud y lo más importante los estudiantes, quienes son el respaldo a futuro del sistema.
El HUV representa como una especie de pulmón no solo para los vallecaucanos, sino también para los pobladores de los departamentos cercanos. Tengamos en cuenta que muchos pacientes son remitidos en muchas ocasiones a esta institución desde lugares “apartados”. ¿Entonces qué pasará de ahora en adelante? ¿La salud de los vallecaucanos dependerá ahora de Risaralda, Caldas o Bogotá? Si esto llegase a ocurrir, la verdad es que estaremos retrocediendo, el Valle estaría quedando como un departamento de medio pelo, otrora uno de los líderes del país.
El HUV debe estar al servicio de la comunidad, no al servicio de intereses mercantilistas politiqueros. Los estudiantes de la Universidad del Valle han decidido no asistir a clases como tradicionalmente lo hacen, ahora las clases estarán orientadas en diseñar propuestas para vislumbrar un futuro alentador que permita que el HUV retome su camino, el de atender a la comunidad.
(*) Miembro de CADHUBEV-Colectivo Afrodescendiente pro Derechos Humanos Benkos Vive Universidad del Valle.
Educador Popular
Mg. Ciencia Política. IAEE-Instituto de Altos Estudios Europeos sede Bogotá
Docente Universidad del Valle y Universidad Andina.
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