Es una recta larga y, a los lados, se espesa como una mancha los tejados de zinc, los niños jugando entre la basura, la desolación. Los mismos habitantes de Tasajera dicen que ellos viven de lo que les deje el camino. En Colombia 1 millón de personas viven al lado de las carreteras. Ningunos de ellos son tan pobles como estos diez mil habitantes. Alguna vez esto fue un sitio próspero. Eran pescadores que siempre podían llevar algo a las mesas de sus hijos. Pero la desforestación y la misma carretera secó el río, los diques y quedó sólo la pobreza.
El lunes 6 de julio vivieron su tragedia máxima. Un camión cisterna atestado de gasolina se volcó y sus habitantes, intentando ganar algo, empearon a saquearlo. Al tratar de sacar la batería el camión estalló. Desde entonces sólo se saben malas noticias. Al principio fueron siete los muertos que desaparecieron en el acto pero con el correr de las horas el número de fallecidos ha aumentado: ya son 15 los muertos y entre ellos está la familia Maldonado. Ya son dos los muertos pero 10 de ellos fueron trasladados a Bogotá y se debaten entre la vida y la muerte.
Esta tragedia familiar es una cachetada a todos los que se han burlado del hecho argumentando que les pasó eso por "carroñeros". La reflexión del periodista Sebastián Diaz López resume la indignación de buena parte del país:
Una familia tiene 12 de sus miembros entre muertos y heridos en la tragedia de Tasajera, y aún hay algunos que insisten en que “se lo merecían”. No les da para ponerse en la realidad de esas personas.
— Mr.Trouper (Sebastián Díaz) (@Mr_trouper) July 8, 2020