Hoy 24 de octubre, se conmemora en todo el mundo el Día Internacional contra el Cambio Climático, efeméride instaurada por las Naciones Unidas para crear conciencia sobre los grandes daños que se están generando como consecuencia de este impacto ambiental en todo el planeta.
Estos cambios en los patrones climáticos pueden producirse por causas de origen natural, pero durante el último siglo la actividad humana ha propiciado que el calentamiento global se incremente y agudice, lo que tiene consecuencias desastrosas para el planeta, ya que son producidos en todas las variables: temperatura, precipitaciones, nubosidad, etc., a diversas escalas de tiempo.
Según Cristian Bustos, CEO de Beeok y especialista en medioambiente, “la causa del actual cambio climático tiene su origen en las emisiones de los gases de efecto invernadero hacia la atmósfera, y que son resultado de la actividad humana. La quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo, etc.) para generar energía, la industria en general, los medios de transporte, los edificios, la agricultura y el uso del suelo, se encuentran entre los principales agentes de gases de efecto invernadero”.
Según cifras de este año, del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, un colombiano promedio puede emitir al año 1,6 toneladas de CO2 (Banco Mundial, 2018), una cifra que debe disminuirse para lograr la apuesta ambiciosa del país de reducir el 51 % de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) al 2030 y alcanzar la carbononeutralidad al 2050.
Estas emisiones per cápita de CO2 son conocidas como la huella individual, por eso es importante que cada colombiano adopte hábitos de consumo responsables y sostenibles con acciones que contrarresten el impacto ambiental sin afectar el desarrollo y el progreso económico y social.
El experto en sostenibilidad agrega que para hacerle frente al cambio climático “necesitamos cambios rápidos, de gran alcance y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad, y hay muchas acciones que solo implican un poco de sentido común donde los ciudadanos y consumidores están entre los actores más importantes para evitarlo”, sentenció.
Por ello, propone diferentes tipos de acciones para materializar esta lucha contra el cambio climático:
- Consumo responsable: es muy importante consumir sólo lo que se necesite y no realizar compras innecesarias. Debemos desarrollar una capacidad crítica y ser conscientes de las consecuencias ambientales de nuestros actos. La solución es planear con anticipación las compras de lo que realmente se necesita, así además de ahorrar dinero, se evitan la generación excesiva de desechos.
- Cuidar cada gota de agua: el cambio climático implica desertificación y sequía. Por eso, es necesario realizar pequeños cambios. Por ejemplo: sustituir los baños de tina por duchas cortas, no dejar correr el agua mientras te bañas o lavas los dientes. Además, reparar cualquier tipo de fuga de agua o instalar un sistema de ahorro de agua en los grifos de la casa ayudará muchísimo al ahorro de este recurso natural.
- Consumo de energía: es fundamental apagar las luces si no las estás usando, una tarea muy sencilla pero que muy pocos realmente hacen. Las bombillas convencionales consumen mayor cantidad de electricidad, la que, para llegar a tu casa, emite grandes cantidades de GEI. Es ideal utilizar las de bajo consumo, privilegiando la iluminación LED y tratar de mantener la casa bien aislada o protegida del frío y del calor en invierno, para no consumir de más, ya sea la calefacción o el aire acondicionado.
- Fomenta el uso de la bicicleta: utilizar este tipo de transporte genera grandes beneficios para el ambiente, pues no se emite material particulado ni gases que contaminen el aire, y además favorece la actividad física.
- Medios de transporte alternativos: si no tienes un vehículo que utilice energías renovables, entonces evita pagar más por combustible usándolo preferiblemente para trayectos largos. También puedes compartirlo con otras personas que hagan el mismo recorrido y así se disminuye el número de autos en circulación y sus emisiones.
- Desconectar aparatos eléctricos que no se utilicen: debemos evitar los consumos fantasmas, que son todos aquellos pequeños consumos que estando apagados siguen consumiendo. Desconectarlos representa un ahorro de energía eléctrica considerable que puede ser utilizada en otras acciones.
- Implementar la regla de las 3R: reducir, reciclar, reutilizar todo lo que se pueda. Trata de comprar alimentos a granel para bajarle a la compra de los envasados. Lleva tu bolsa al mercado.