En la Fundación Pro-Sierra Nevada de Santa Marta, los miembros fundadores empezaron protegiendo el patrimonio cultural con un trabajo extraordinario en Ciudad Perdida en 1986, y desde entonces surgió la preocupación por preservar la cabecera de los ríos.
Por tal razón el inicio de la entidad se concentró en las cuencas del Guachaca y Buritaca, en la conservación y salvaguarda del patrimonio natural. Hoy estas zonas son un ejemplo de recuperación.
En casi 29 años de trabajo de conservación hemos tenido aciertos y tropiezos, pero el balance es muy positivo. Resaltamos lo que se ha podido adelantar en materia de reforestación y protección de corredores para la preservación del hábitat natural en la Sierra.
La Fundación hace un llamado para que todos miremos hacia la Sierra y sumemos esfuerzos para hacer frente a los múltiples problemas ambientales que la aquejan.
Y esta es la oportunidad que necesitamos, porque hoy más que nunca preservar este patrimonio natural es un tema urgente que nos involucra a todos.
Desde hace años lo venimos diciendo: el agua es el elemento que nos une y es el eje articular de nuestra misión.Hoy este es el tema más relevante porque el calentamiento global llegó para quedarse y en los últimos años nos ronda el fenómeno de El Niño.
Conservar el patrimonio natural es una obligación moral nuestra para con la humanidad. Tener una montaña mega diversa implica una responsabilidad igual de grande.
De hecho en un estudio realizado por el Cefe (Centre d'Ecologie Fonctionnelle et Evolutive) el centro de ecología más importante de Francia, que fue publicado en la prestigiosa revista Science en noviembre de 2013, investigadores analizaron 173.000 áreas protegidas y las cruzaron con el hábitat de las especies que están en vía de extinción, los que los llevó a declarar a la Sierra como el área protegida más "irremplazable" del mundo por el valor de sus especies amenazadas, y, sin embargo, este paraje no ha sido declarado World Heritage Site.
Ahora, sino queremos conservar la Sierra por su patrimonio natural, lo debemos hacer porque es el mejor negocio para todos.
La zona más afectada por el calentamiento global, en Colombia, puede ser la región Caribe, según el Ideam, y todas las entidades expertas en el tema. La disminución del caudal de los ríos es evidente. Las sequías ya están comenzando a tener efectos graves en el macizo y sus alrededores.
Sin la sierra, produciendo agua, la supervivencia de las economías de todas las ciudades alrededor de ella están amenazadas.
La agroindustria en el Cesar, La Guajira y el Magdalena padecen los rigores de la escasez de agua. Se han perdido cientos de hectáreas en banano y miles en palma, sin hablar de la desaparición constante de los sembrados semestrales.
La escasez de agua ya es parte del “paisaje” en Riohacha, Valledupar y Santa Marta, y ni hablar de los demás centros poblados. Nos preguntamos cómo esas ciudades piensan crecer sin poder ofrecer un servicio de acueducto decente y constante.
Desde el quehacer de la entidad se han logrado exitosos esfuerzos, muchos años de trabajo y recursos, pero aún queda mucho por hacer en diferentes puntos de su extensa geografía. La Estrella Hídrica de San Lorenzo es muestra de ello, allí nacen los ríos Manzanares, Gaira, Piedras, Guachaca, Mendihuaca, Córdoba y Toribio, son aproximadamente unas 30.463 hectáreas que encierran gran biodiversidad, pero presenta un alto impacto humano y sus biomas han sido alterados.
La situación actual de los ríos que nacen en esta estrella o, Cerro de Nakulindue como es conocido ancestralmente por los indígenas, prende las alarmas: el río Manzanares, para diciembre de 2014, presentó una oferta de 790 litros/seg (lps) y para febrero de 2015 se reportaron 300 lps; es decir, presentó una reducción del 81%; la oferta hídrica del río Piedras. Por su parte, en diciembre del 2014 fue de 1800 lps, en marzo de 2015 201 lps, con una reducción del 89%, y otro como el Gaira, que en diciembre del año anterior ofertó 1048 lps, en febrero de 2015 los datos registraron 300 lps con un descenso del 78%. Esto apenas para citar los tres ríos que abastecen a los acueductos del Distrito de Santa Marta y a los municipios de Ciénaga y Pueblo Viejo.
Debido a los cambios negativos que presenta el macizo en el Cesar, también los caudales de los ríos que nacen en este muestran bajos niveles.
De los 11.200 lps que dos década atrás ofrecía el Guatapurí, hoy solo corren 5.000 lps de acuerdo con un aforo de Corpocesar, en el mes de febrero de 2015, según informe publicado en El Heraldo el 10 mayo de 2015.
También se dieron a conocer una serie de acciones y medidas importantes en aras de conjurar y revertir los impactos multicausales a lo largo de tres décadas que han venido diezmando el ecosistema biótico de la fuente hídrica del Río Cesar, y como media para salvarlo fue necesario declarar el estado de emergencia ambiental, sanitaria y ecológica ante el peligro inminente y el grado de amenaza que compromete los recursos naturales, fauna, flora y las poblaciones del área de influencia, especialmente en la parte media y baja de esta cuenca donde más se evidencia la severa contaminación de este afluente.
En febrero de este año, según un aforo de Corpocesar, en límites entre Cesar y La Guajira, se encontró con un caudal de 150 lps. (El Heraldo, mayo 10-15) . El informe da cuenta que el río Ariguaní, que en un pasado tuvo un caudal de más de 13 mil lps, en los últimos meses disminuyó a 6.000 lps y en la parte baja no llega ni alos 4 mil.
¿Sino conservamos el medio ambiente y los bosques y muy especialmente los páramos, qué futuro le depara a los habitantes de la Sierra, las comunidades indígenas y los campesinos?
En La Guajira, en las orillas del río Ranchería, se está muriendo la gente por falta de agua. Tanto wayuus como campesinos.
El panorama del agua es preocupante, pero estamos justo en el momento en que podemos hacer algo decisivo y radical.
Este macizo, tras su imagen exuberante y con el gran potencial biodiverso que alberga, es una eco-región frágil que merece ser vista como una unidad territorial donde confluyan efectivamente las diversas entidades, las autoridades ambientales y la comunidad en general que juega un papel protagónico en esta gesta conservacionista.
Como se puede palpar, la problemática en la Sierra se extiende a los tres departamentos, no podemos decir que sea más en un departamento o en otro, las afectaciones son notorias en Magdalena, Cesar y La Guajira y entre las principales causas se encuentran: las prácticas inadecuadas de sus habitantes, la ampliación de la frontera agrícola, la tala indiscriminada, las quemas y la pérdida de la biodiversidad. Afectaciones que son notorias desde las partes más altas.
Lo anterior, conlleva a la fragmentación de los bosques, es decir parches o pedazos de bosques que van quedando separados unos de otros y de esta manera pierde su capacidad estructural y funcional para seguir generando bienes y servicios ambientales.
Estamos cerrando el Decenio Internacional para la Acción “El Agua Fuente de Vida” 2005-2015 liderado por las Naciones Unidas, nos recuerda que el agua es esencial para la vida y que ningún ser vivo sobre la Tierra puede sobrevivir sin ella, porque este recurso es indispensable para la salud, el bienestar humano y la preservación del ambiente.
Este llamado que hace la Fundación, ante la preocupación evidente en torno a la fragmentación de la cobertura boscosa de la Sierra Nevada y la falta de regulación que presentan los caudales de los ríos que allí nacen, se debe justamente al panorama que demuestra que el potencial de la “fábrica de agua” de esta región del país, está seriamente amenazado y con esto la estabilidad humana y la actividad agroindustrial.
La invitación es para que cada uno de los actores con asiento en el macizo miremos hacia la Sierra y desde las distintas competencias activemos nuestros respectivos roles para salvar esta montaña única en el mundo y garanticemos el agua para las presentes y futuras generaciones.
El agua se agota, debemos tomar cartas en el asunto, de lo contrario, más temprano que tarde vamos a lamentar no haber hecho nada al respecto.
Este llamado es para que se sumen a la Estrategia de Conservación de la Sierra Nevada y colaboren en su recuperación y protección, imágenes satelitales estudiadas con la ayuda del Sistema de Información Geográfico (SIG) de la Fundación, dan cuenta que queda en la Sierra el 17% del bosque nativo. Esto se debe en gran medida a la alta antropización, es decir la afectación por acciones humanas que se refleja en el bajo porcentaje de la cobertura vegetal.
Según cifras del Ideam (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia), entre 1850 y 2012 la Sierra Nevada de Santa Marta perdió cerca del 85% de su glaciar, lo que ha alterado el ecosistema y ha puesto en riesgo la conservación del nevado y con ello el abastecimiento de agua, pero no todos los ríos del macizo nacen en la zona nival otros nacen en el páramo.
Entonces, nos preguntamos, si el agua es el elemento que nos une y es un problema de todos, que afecta profundamente la forma de vida de todos y cuya solución real en el tiempo debe ser integral como ecorregión; estamos dispuestos como entidad, con radio de acción en toda la extensión del macizo, para ayudar a articular esfuerzos en torno a una solución, viendo a la Sierra como unidad territorial
Esto se logra con el apoyo de todas las autoridades locales regionales y nacionales, este es un problema que ya no da espera.
La Fundación inició el trabajo y diseño de una Estrategia Ecorregional de Conservación de la Sierra Nevada de Santa Marta que recoge de forma integral las tareas necesarias para tener una Sierra sostenible en el tiempo. Pero es un trabajo que necesita del apoyo decidido de todos los actores para que sea una realidad.
La única razón, la única amenaza, que tenemos en este momento es que aun con todas las herramientas para hacer el trabajo, aglutinar todas las entidades territoriales del nivel nacional y regional, que tendrían injerencia en la recuperación de la Sierra, y convocar la comunidad internacional, no logremos dar a conocer ni sensibilizar y poner de acuerdo a todos aquellos que toman las decisiones, sobre la importancia de esta propuesta.
De igual manera, esta Estrategia sentó las bases de lo que se denomina Alianza Ecorregional de Conservación de la Sierra Nevada de Santa Marta liderada por Corpocesar, Corpamag y Corpoguajira como autoridades ambientales con el apoyo técnico de la Fundación Pro-Sierra Nevada de Santa Marta, documento que es del conocimiento de Presidencia de la República, pero no se avanza en la consecución de los recursos para llevarla a cabo.
Llegó la hora de mirar la Sierra como un todo para continuar con el proceso recuperación integral.
Fundación Pro-Sierra Nevada de Santa Marta